domingo, 3 de abril de 2011

EL PODER DEL AMOR -


Teresita del Niño Jesús


Siempre es el amor la fuente de energía, el motivador de todo proceso de vida. Sin amor la vida constituye un hecho biológico inexplicable.

El amor es creativo. Como la vida, busca las expresiones más genuinas para crecer y manifestarse. Teresa no pretende inventar nada, ni hacerse escuchar por un mundo hambriento de novedades. No dispone de un bagaje espectacular de conocimientos para ilustrar sus reflexiones espirituales. A medida que pasan los años y se aproxima a su fin, reduce su biblioteca al sólo texto evangélico: "En cuanto a mi, ya no hallo nada en los libros, si no es en el Evangelio. Este libro me basta", se refieres a Jesús. Sólo basta El en la vida joven y escondida de Teresita de Jesús-

                                                                  

Teresa percibe la gracia de la humanidad sacratísima de Jesús y vive en su contemplación. Teresa se deja enamorar y enfrenta valerosamente el difícil desposorio con su amado. El mismo Señor la conforma a Él
Transita rápidamente las etapas de esa transformación, hasta la cruz. El sufrimiento que lo caracteriza, también a ella la distingue. La valentía de Teresa, la práctica admirable de su estilo evangélico de vida, se explica por el amor que la enamora de Cristo. Porque no abandona ese camino estrecho y feliz puede verificar, cuando el dolor concluye su obra de purificación: "Dios ha querido poner en mí cosas que me hacen bien a mí y a los demás".
"Madre mía, esta espiga es la imagen de mi alma. Dios me ha cargado de gracias para bien mío y para bien de muchos otros..." (Santa Teresita).

El amor la identifica de tal modo al Amado que su vida y su muerte reproducen y transparentan la redención. El Señor encuentra en ella una aliada excelente, mucho más, una consorte que decide, por puro amor, aceptar la misma suerte que su Señor Jesús.

Ese proceso de conformación ha sido y es, el ideal de todos los Santos. Jesucristo es el centro de su vida, la única inspiración de su combate heroico por asemejarse a El.
San Pablo es un exponente de esa lucha ininterrumpida por conformarse a Jesucristo: "Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí; la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí" (Gal. 2, 19-20)

CUANDO SE AMA SE CRECE COMO PERSONA

El amor fusiona a quienes se aman. No elimina las identidades, al contrario. La personalización es un proceso de amor. Persona es un individuo del género humano. El solitario anula su capacidad de ser persona. Quien se ha cerrado al amor a otras personas principalmente a Dios, se asfixia hasta perder la vida. Dios, revelado en Jesucristo, es la meta de perfección que intenta todo hombre aún de manera inconsciente, por el hecho de existir.
El pecado ha desorientado al hombre en esa meta trascendente y, únicamente, su eliminación destrabará la marcha. La conciencia de la necesidad de Cristo anima la predicación y Teresa es una heredera genuina de los Apóstoles y participa de su ardiente conciencia cristológica. Teresita lo que más ambiciona es obedecer.

 La libertad abre cauce en la obediencia. Su obediencia que pasa necesariamente por instancias humanas: sus padres, sus hermanas mayores, sus superiores... desemboca en Dios.
Por Él , por su amor, acepta dócilmente un plan de vida que la contradice a diario. Sus esfuerzos virtuosos, sobre todo en la práctica de la Caridad, suponen una fuerza interior que no provienen de ella misma. Su abandono a la misericordia del Padre es dinámico. Teresa es libre, absolutamente libre. El síntoma inmediato de la misma es la paz: le preguntan a ella: ¿"Cómo te la has arreglado para llegar a esa paz inalterable que posees?" -"Me he olvidado de mí y he procurado no buscarme a mí misma en nada". (Santa Teresita).

                    
Colaboración del Alma Pequeña
 Elena L de Ibarra - Presidenta  Lap Argentina.-




Santa Teresita del Niño Jesús patrona y protectora de la Legión de las Almas Pequeñas.
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1 comentario:

  1. Verdaderamente el poder del amor es inconmensurable, del verdadero amor. Lo tenemos que decir pues nuestras pobres conciencias a veces nos lleva a hablar de un amor leve, o un amor de conveniencia , el Amor siempre debe ser verdadero. Especialmente cuando el destinatario es Cristo, es Dios.
    Con Él no podemos ser más que auténticos imitadores de su forma de vida y de ser. Auténticos en toda nuestras vidas, en todos nuestros actos. Eso se llama conformarse a Cristo. Ojalá podamos los humanos llegar a ser por lo menos aspirantes a conformar nuestra vida a la de Nuestro Señor Jesus. Así como Teresita del Niño Jesús. Que ella nos guíe hacia Él.

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