jueves, 7 de abril de 2011

Simplemente sé la liebre...

MENDIGOS


¡TE CUENTO UN CUENTO!  


Qué gran decepción tenía el joven de esta historia. Su amargura era absoluta por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas.
Al parecer, ya a nadie le importaba nadie.
Un día dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre malherido, el cual no podía valerse por sí mismo.
Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual.
 Con enorme sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: La liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre.
Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta.
Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: 
- No todo está perdido. Si los animales, que son inferiores a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas.
Y decidió hacer la experiencia: se tiró al suelo, simulando que estaba herido y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara.
Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así durante todo otro día y ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que cuando comenzamos a leer esta historia, con la convicción que la humanidad no tenía el menor remedio. Sintió dentro de sí, toda la desesperación del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandonado, su corazón estaba devastado, casi no sentía deseos de levantarse. Entonces allí, en ese instante lo oyó... ¡Con qué claridad, qué hermoso! una bella voz muy dentro de él, le dijo:
Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, y encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y simplemente sé la liebre...***


¿indiferencia?

1 comentario:

  1. La indiferencia actual y la falta de solidaridad del hombre de hoy, no de todos, sí de muchos, diría, demasiados, nace en el olvido total de Dios y de ello nace la falta de conciencia de la existencia del otro. Descubrir al otro, con sus dolores, necesidades y también con sus defectos y virtudes, provoca en el ser humano un nacimiento a querer estar junto al prójimo. A apoyarlo en lo bueno y en lo malo, para ello necesitamos un cambio de la mentalidad materialista y superficial, relativista de hoy para volvernos hacia fuera de nosotros mismos y reconocerme en el que está frente a mí. Mi hermano.
    En estos tristes días y largas noches que está viviendo la humanidad, solamente el amor que lleva a la solidaridad nos podrá cambiar. Porque es sabido que todo ser humano necesita de un abrazo sincero, afectuoso, de una sonrisa cálida, de un apretón de manos. De una palabra que me haga pensar en que Dios si existe. No he conocido a nadie que no sea un necesitado de amor. Del amor que entre todos podemos brindarnos para ser y hacer un mundo mejor.

    ResponderEliminar