martes, 26 de julio de 2011

La falsedad del utilitarismo...





La Santa Inutilidad

En nuestro mundo actual se fomenta cada vez con más desenfreno , el UTILITARISMO. Nos invitan a hacer solamente cosas útiles, que produzcan algo tangible.
Y este mensaje ha calado tan profundamente que nos parece normal y natural pensar así.
Es necesario desenmascarar ese falso esquema mental que nos dice interiormente:<<Si eso no tiene alguna utilidad no vale la pena, si eso no te sirve para ser reconocido y aprobado no interesa>>
Pero también es importante ejercitarse, intentando hacer algunas cosas sólo por el gusto que nos brindan: tomar un libro y leerlo sólo por placer de leerlo; escribir un poema, pero no para mostrárselo a otros y recibir elogios, sino por el solo placer de expresar lo que tengo dentro.





Dicen que San Francisco se pasó una tarde construyendo una cestilla de mimbre y luego la quemó ante Dios como ofrenda. ¿Acaso no es esto un anticipo del cielo?
Porque los que creemos en la vida eterna sabemos que allá no tendremos que preocuparnos por producir nada, y solamente gozaremos juntos. Lo mismo que en una fiesta, en un baile, en una celebración. Eso es detenerse.
Qué hermoso es que nos pregunten para qué hacemos algo y contestemos sencillamente. <<Porque sí>>, porque me gusta>>. Quizá nadie nos admire por esa respuesta, pero eso será una alianza con la vida, un sí a la existencia sana que Dios quiere que vivamos. Al escritor Adolfo Bioy Casares le preguntaron qué le gustaría que dijeran de él después de su muerte, y él respondió: <<Simplemente, que me gustaba escribir>>. Esa es una santa libertad.
Estamos siempre buscando un beneficio, nos resulta difícil gozar de las cosas con receptividad, por ejemplo escucho una poesía que me gusta, necesito copiarla y guardarla, aunque después nunca más vuelva a leerla.



Raras veces me detendré verdaderamente sereno y relajado a disfrutar de algo, a vivirlo plenamente, aceptando que después no quede nada que pueda aferrar con mis manos, aceptando que se termine y sólo me quede dentro el gozo de haberlo vivido, porque sí, porque fue hermoso. Eso es detenerse.
También está el gozo de aprender, pero no <<para>>: encontrar un mejor trabajo, lograr algún ascenso,conseguir un aumento de sueldo, aprender para ser más famoso, aprender para enseñar a otros... No. Aunque todo eso sea bueno, hay un placer mayor y más sano, el de aprender sólo por amor a lo que se aprende, el de aprender por amor a la verdad, por la verdad misma que merece ser aprendida, por la belleza de lo que se aprende, por el solo gusto de aprender y tomar contacto con algo nuevo. Eso es detenerse para recuperar el gozo.


Vale la pena que recordemos unas palabras de Gandhi,<<Cuando uno mete la mano en una palangana o enciende el fuego, cuando escribe interminables columnas de cifras en una oficina, cuando lo queman los rayos del sol medio hundido en el barro de un arrozal, o hunde la pala en la tierra, si en ese momento no vive plenamente, como si estuviera en un monasterio, entonces el mundo no tendría salvación>>


Claves para vivir en Plenitud- Víctor Manuel Fernández - (Edit. San Pablo)



(almas_peq)



1 comentario:

  1. Desprenderse es la palabra, de todo lo que nos hace ser utilitarios, materialistas, interesados y convertirnos en seres humanos, que sienten, que poseen sentimientos, que saben cómo son por dentro, que se aman a sí mismos, que no necesitan del aplauso o aceptación ajena, que no poseen un falso respeto humano, seres humanos auténticos que buscan la Verdad y la gritan a los cuatro vientos. Ser seres humanos felices, para ello solamente se debe empezar deteniéndose en la carrera alocada y sentir.Vivir sintiendo y sintiéndose.

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