domingo, 17 de julio de 2011

PARA PENSAR...


"Cristo es el fundamento y el centro de la historia, de la cual es el sentido y la meta última. En efecto, es por medio de Él, Verbo e Imagen del Padre, que <todo se hizo> (Jn 1,3)


Una historia sin Cristo no tiene sentido, es una historia desprovista de su máximo acontecimiento. Y lo mismo podríamos decir de cada vida. Una vida sin Cristo está incompleta, pues sólo en Cristo encontramos el sentido pleno de la existencia (cfr. Juan Pablo II, Alocución 30-VII-2000). Esto no significa que tantas vidas que sin tener la culpa, no han conocido a Cristo no valgan. Sí, vale cada vida, pero valen precisamente porque Cristo las ha salvado. 
Sólo adquieren cada vida su pleno sentido al tener una referencia con Jesús, que es el Salvador Universal. Por ello dice el Concilio Vaticano II: "Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina".
(Gaudium et Spes, n.22)




         




                                                     José Martinez Colín




Ecos del Mensaje - Lap Argentina
(S.B.)

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