LOS 90 AÑOS DE LA MARAVILLOSA LEGIÓN DE MARÍA
Aquella primera Junta en nada se distinguió de las que hoy día celebra la Legión de María por el mundo entero. La mesa alrededor de la cual se reunieron tenía puesto un altarcito cuyo centro era una estatua de la Inmaculada (de la Medalla Milagrosa), sobre un lienzo blanco entre dos floreros y dos candelabros con velas encendidas. Este conjunto, tan rico en simbolismo, obedeció a la inspiración de una de las primeras socias.
Altar de la Junta |
Allí quedó cristalizado todo lo que representa la Legión de María. La Legión es un ejército. Pues bien, allí estaba la Reina antes de reunirse ellos. Les aguardaba para recibir el alistamiento de aquellos que Ella ya sabía iban a venir. Ella fue quien los escogió y no viceversa, y desde entonces ellos se han puesto en marcha y luchan a su lado, sabiendo que el salir triunfantes y el perseverar guarda un ritmo exacto a su unión con ella.
El primer acto de aquellos legionarios fue arrodillarse. Aquellas frentes jóvenes y sinceras se inclinaron. Rezaron la Invocación y la Oración del Espíritu Santo, y luego por entre dedos cansados ya del trabajo del día desgranáronse las cuentas de la más sencilla de las prácticas piadosas. Al extinguirse el eco de las Jaculatorias finales, se sentaron, y bajo los auspicios de María, representada allí por su imagen, se pusieron a considerar cuál sería el mejor modo de agradar a Dios y de hacerle amar en el mundo. De aquellas consideraciones brotó la Legión de María con todas sus características, tal como es hoy día.
¡Qué portento! ¿Quién, al contemplar aquellas humildes personas tan llanamente ocupadas, hubiera podido suponer, ni al calor de la más loca fantasía, el destino que de allí a poco les aguardaba? Y entre ellas mismas, ¿quién sospechó jamás que entonces precisamente estaban fundando una organización destinada a ser una nueva fuerza mundial que, fielmente encauzada y aprovechada, y en manos de María, sería capaz de dar vida, esperanza y dulzura a las naciones? Con todo, así había de ser.
Catena |
Aquel primer alistamiento de Legionarios de María se hizo en Myra House, Francis Street, Dublin, Irlanda, a las ocho de la noche del 7 de septiembre de 1921, víspera de la Fiesta de la Natividad de Nuestra Señora. Por algún tiempo la organización se llamó <<Asociación de Nuestra Señora de la Merced>>, nombre tomado del título de la unidad madre.
La fecha del 7 de septiembre, dictada al parecer por circunstancias fortuitas, se tuvo al principio por menos apropiada que si hubiera sido el día siguiente; sólo después de algunos años, en los que María dio pruebas señalada de su amor verdaderamente maternal, se echó de ver que no fue un rasgo menos delicado el que mostró hacia la Legión, haciendo coincidir su fundación con la hora de su nacimiento.
Pues si, como dice la Sagrada Escritura (Génesis,I,5), el primer día de la creación estaba compuesto de tarde y mañana, muy propio era que fuesen los primeros aromas de la Natividad de Nuestra Señora y no los últimos, los que impregnaran la cuna de aquella organización, cuyo primero y más constante empeño, ha sido siempre reflejar en sí misma la semejanza de María como el medio más eficaz para glorificar al Señor y hacerle llegar hasta los hombres.
"Toda obra, para ser realmente fructífera, debe radicar en cierta disposición del alma a darse espontánea y totalmente a los demás. Sin ella el Servicio Legionario carece de vida"
¡¡GRACIAS A LA MARAVILLOSA LEGIÓN DE MAR
ÍA POR TODAS LAS ENSEÑANZAS RECIBIDAS EN SUS FILAS INVENCIBLES!!
(ALMAS_PEQ)
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