SAN JUAN DE LA CRUZ
Al descender esta noche recuérdame otra vez que el alma que anda en amor, no cansa ni se cansa. Pero cuando mis pasos son conducidos por la pasión, cada uno de mis intentos de practicar la virtud se convierte en una pesada y triste carga. Estoy, en realidad, muriendo: atormentado, cansado, débil y ciego.
Libérame, te ruego del dominio que la pasión tiene sobre mí,
convierte mi vida a Ti, con toda determinación. Renueva mi fuerza y energía. Restaura mi vista. Desciende ahora sobre mi alma, como un río de paz. Para liberarme de mis incertidumbres de mi miedo a la noche.
¡¡SE NECESITA UN AMOR MEJOR!!
s.b.
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