Quizás se acerquen grandes tormentas, y quizá pronto tengamos que enfrentar grandes obstáculos para el trabajo de Vox Populi, y de todos los corazones consagrados, dedicados al Triunfo del Corazón Inmaculado. Seamos animados por el ejemplo de San Luis María Grignon de Monfort, quien enfrentó grandes obstáculos para difundir la verdadera devoción a María.
San Luis Grignon de Monfort |
Ese tipo de fe, también debemos tener nosotros.
Debemos renovar todos los días nuestra consagración a nuestra Santísima madre, quien es por siempre CORREDENTORA, MEDIADORA Y ABOGADA, a través de la consagración de San Luis María de Monfort. Al hacerlo así, renovamos nuestro fiat, seremos fortalecidos para tomar cualquier acción que nos pida nuestra Señora por el bien del Dogma y del Triunfo.
Hermanos y hermanas en el Inmaculado Corazón, obedezcamos verdaderamente la exhortación de la Sagrada Escritura y de nuestro Santo Padre, de "no tener miedo".
Yo los animo y les pido que se unan ahora con la renovación de la Consagración Mariana, para que todos podamos ser gente Totus Tuus, al servicio del Papa, ofreciendo todo lo que somos y todo lo que hacemos por el Dogma, por el Triunfo del Inmaculado Corazón de María, o como co-rredentores con nuestra Señora Corredentora, para traer el cumplimiento del Reino Eucarístico del Sacratísimo Corazón de nuestro Señor:
CONSAGRACIÓN DE SAN LUIS MARIA GRIGNON DE MONFORT
<<Yo, (Nombre), pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en vuestras manos los votos de mi Bautismo, renuncio por siempre a Satanás, a sus pompas y a
sus obras; y me entrego totalmente a Jesús Cristo, la Sabiduría Encarnada, para cargar mi cruz detrás de El todos los días de mi vida, y para ser más fiel a El de lo que he sido hasta ahora.
En la presencia de toda la corte Celestial os escojo en este día como mi Madre y Señora. Os entrego y consagro todo a vos, como vuestro esclavo, mi cuerpo y alma, mis bienes interiores y exteriores, y aún el valor de todas mis buenas acciones, pasadas, presentes y futuras; dejándoos pleno derecho de disponer de mi y de todo lo que me pertenece, sin excepción, de acuerdo a vuestros deseos, para la mayor gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad.
Amén.>>
Libro: "El Dogma y el Triunfo" - Mark Miravalle - Págs.108-109 - Vox Populi Mariae Mediatrici-
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