"HAGAN TODO LO QUE ÉL LES DIGA"... (Jn. 2,1-12)

En el Pasaje que nos ocupa, Jesús y María son invitados a una fiesta de bodas. 
La escena es cotidiana y forma parte de la vida. Todo transcurre sin novedad hasta que vemos a María hablando preocupada con Jesús. "No tienen vino".
La Virgen María atenta siempre a los problemas de los demás, se percata del problema y lo comenta  con Jesús. 
Su intención es transparente, más que provocar un milagro o revelar el poder de Jesús la preocupa el bochorno que puedan pasar los novios.
Pero Jesús contesta a su Madre que "su hora no ha llegado"
María interviene nuevamente indicando a los servidores "hagan todo lo que Él les diga".
A pedido de su Madre, Jesús adelanta su "hora" y convierte el agua en vino abundante. 
El cambio del agua en vino nuevo, motivo de alegría y celebración, es señal del anuncio del nuevo mundo. Jesús se hace presente en lo cotidiano y entra en nuestra vida con alegría y abundancia.

El vino, la boda, la alegría de la fiesta son señales de que Jesús, el Mesías, ha llegado hasta nosotros.Puebla nos dice: "En Caná (la Virgen) está atenta a las necesidades de la fiesta y su intercesión provoca la fe de los discípulos que creyeron en Él.(Jn. 2, 11)
Todo su servicio a los hombres es abrirlos al Evangelio e invitarlos a su obediencia: "Hagan todo lo que Él les diga".(Jn. 2, 5)
La Virgen no solo está abierta a la palabra de Dios sino que, además, vive muy atenta a las necesidades de los hombres. Esta particularidad de la Virgen la capta especialmente el pueblo sencillo que, a través de los años, la invoca con el nombre de intercesora, mediadora, refugio y otros.
Hoy María vive atenta a lo que sus hijos, especialmente los más humildes, puedan necesitar y se escuchan nuevamente sus palabras: "Hagan todo lo que Él les diga".
Con relación a Jesús, María aparece como intercesora y mediadora para colaborar en su misión.

Con respecto a nosotros, María nos muestra cuál es la actitud que guíe nuestra entrega: hacer lo que Jesús nos diga.Ella puede aconsejarnos esto porque lo vive con fidelidad.
Recepción y puesta en práctica están unidas. No caben divisiones irreales. Quien vive como Dios quiere, hace lo que Jesús enseña.
Oración y acción caminan juntas y se complementan mutuamente.
Pasión por Dios y Pasión por su Pueblo, por los más pequeños, aquellos en quienes Jesús quiere se reconocido y servido.
La Virgen nos convoca a "colaborar" con jesús. Nos convoca a vivir para los demás. A caminar junto a los pobres. A vivir el mandamiento del Amor como Solidaridad efectiva con los otros, principalmente con los que sufren.
María nos alienta al compromiso. Ella intercede constantemente ante Jesús para aliviar nuestros dolores y mejorar nuestra vida. 
En medio de su pueblo María está presente y es reconocida e invocada como Madre intercesora cada mañana, cuando manos humildes y curtidas levanta su Imagen en alto rogándole Paz, Salud y trabajo.
Junto a ellos volvemos nuestra mirada hacia la Madre que camina a nuestro lado y le pedimos que llegue a nosotros el Reino Nuevo de su Hijo.

ORACIÓN

Virgen María,

Madre Mediadora,

te pedimos hacer siempre

lo que nos diga tu Hijo.

Vivir atentos a su Palabra

y a las necesidades de los hombres.

Caminar con un oído en el Pueblo

y otro en el Evangelio.

Y ser fieles a los dos

trabajando por la justicia.

Intercede, Madre buena,

ante el Padre,

para que fructifiquen nuestros esfuerzos

y nuestras luchas por un mundo mejor.

Madre de  la liberación,

ayúdanos a realizarla.

Líbranos de todo pecado

y opresión egoísta,

de modo que, rotas

las cadenas que nos atenazan, 

podamos lanzarnos a la construcción

de una vida nueva,

más atenta a los que sufren,

más humana, más justa y solidaria.

Tú nos llamas para el cambio,

como ayer agua por vino,

hoy será muerte por vida,

opresión por libertad,

y egoísmo por justicia.

Te ofrecemos nuestras manos

para hacer lo que Dios mande.

Comenzar ya desde ahora

a gestar el mundo nuevo.

Libro: "María, su Camino y el Nuestro" - Marcelo A. Murúa - Ediciones Paulinas - Bs.As. (58)

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