Aunque me tapo los oídos con la
almohada y gruño de rabia cuando
suena el despertador...
Gracias a Dios que puedo oír...
Hay muchos que son sordos.
Aunque cierro los ojos cuando,
al despertar el sol se mete en mi habitación...
Gracias a Dios que puedo ver...
Hay muchos que son ciegos.
Aunque me pesa levantarme
de la cama...
Gracias a Dios que tengo fuerzas
para hacerlo...
Hay muchos postrados que no pueden.
Aunque protesto porque no encuentro
mis cosas porque los niños hicieron
un desorden...
Gracias a Dios que tengo familia...
Hay muchos solitarios.
Aunque el desayuno no estuvo bueno
y el almuerzo fue peor...
Gracias a Dios que tengo alimentos...
Haya muchos con hambre.
Aunque mi trabajo es monótono
y rutinario...
Gracias a Dios que tengo ocupación...
Hay muchos desempleados.
Aunque no estoy conforme con la vida,
peleo conmigo mismo y tengo muchos
motivos para quejarme...
Gracias a Dios por la vida.
LO MÁS CARO QUE TENGO ES EL
TIEMPO, PORQUE LO PAGO
CON LA VIDA.
Revista Ecos Argentina.-
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