lunes, 11 de abril de 2011

EL TESTAMENTO DE JESÚS

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

                           MI  TESTAMENTO

Yo, Jesús de Nazareth, viendo próxima mi hora y estando en posesión de plenas facultades para firmar este documento, deseo repartir mis bienes entre las personas más cercanas a Mí. Mas siendo entregado como cordero para la salvación de la Humanidad, creo conveniente repartir entre todos.
Y así los dejo:
Todas las cosas que desde mi nacimiento han estado presentes en mi vida y la han marcado de un modo  significativo:

La estrella, a los que están 
desorientados y necesitan ver claro para seguir adelante,
Y a todo aquel que desee ser guiado y/o servir de guía.


El pesebre, a los que no tienen nada, ni siquiera un sitio para cobijarse o un fuego donde calentarse y poder hablar con un amigo.



Mis sandalias, son sus sandalias, las de los que deseen emprender un camino,
de los que están dispuestos a estar siempre en camino.



La palangana donde he lavado los pies, a quien quiera servir, a quien desee ser pequeño ante los hombres, pues será grande a los ojos de mi Padre.


El plato donde voy a partir el pan: es para los que vivan en fraternidad, para los que estén dispuestos a amar, ante todo y a todos.



El cáliz, lo dejo a quienes están sedientos de un mundo mejor y una sociedad más justa.



La Cruz es para todo aquél que esté dispuesto a cargar con ella.



Mi túnica a todo aquel que la divida y la reparta.


También quiero dejar como legado, a la Humanidad entera, las actitudes que han guiado mi Vida, actitudes que quiero que guíen también la de ustedes.
Mi palabra y la enseñanza que me confió mi Padre, a todo el que la escucha y la pone en prácticas. La alegría a todos los que deseen compartirla.
La humildad, es para quien esté dispuesto a trabajar por la expansión del Reino de los Cielos. Mi hombro, a todo aquél que necesite un amigo en quien reclinar la cabeza y al abatido por el cansancio del camino, para que puedan descansar y recobrar fuerzas para seguir caminando. Mi perdón, es para todos, los que día tras día, pecado tras pecado, sepan volver al Padre. Mi Amor es para todos , buenos y malos, justos e injustos, para todos los hombres sin ningún tipo de distinción. Eso sí, siento especial predilección por los más débiles



Todo esto y aún más quisiera dejarles, pero sobre todo es mi Vida lo que les ofrezco. Soy Yo mismo quien me quedo con ustedes para seguir caminando a su lado, compartiendo sus preocupaciones y problemas, sus alegrías y gozos.

¡Sí! YO SOY LA VIDA, PERO TU PUEDES TRANSMITIRLA
Manténganse unidos y quiéranse de verdad. Yo los he amado hasta el extremo y los llevo en el corazón.


                                                                        JESÚS DE NAZARETH

(Colaboración del Alma Pequeña: Ana María Minella)




No hay comentarios:

Publicar un comentario