YO ENSEÑO EL CAMINO DEL CIELO A TODO HOMBRE DE BUENA VOLUNTAD. QUE NO TEMA SEGUIRME. LA RECOMPENSA SE HALLA AL FINAL. NADIE ESCAPA A SU DESTINO (Mensaje del Amor Misericordioso (1966)
miércoles, 29 de junio de 2011
¡¡SALVEMOS A LOS NIÑOS!!
Un recién nacido indefenso, en la humildad de una gruta, devuelve
la dignidad a cada vida que nace... En Él podemos reconocer los
rasgos de cada ser humano que es dado a luz sea cual sea la raza o
nación a la que pertenezca.
Al observar a Jesús en el maravilloso misterio de su infancia, Juan
Pablo II denunció también su preocupación por todos los niños
del mundo: muchos, demasiados, son los niños que nacen
condenados a sufrir sin culpa las consecuencias de conflictos
crueles.
Salvar a los niños significa salvar la esperanza de la humanidad,
además de sus pequeñas vidas; el Dios que se hizo hombre nos da
el derecho a esperar.
¡¡Cambiemos el mundo, Salvemos a los niños!!
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