martes, 12 de julio de 2011

Dejar de resistirnos al movimiento de la vida...

Amar la vida en movimiento

El que se resiste a algo y se siente frágil ante una agresión, termina enfermándose, porque al sentirse indefenso, de alguna manera se deja morir. Lo mismo sucede con el que se siente fracasado y cree que no tiene fuerzas para comenzar de nuevo. Le parece que el mundo está en su contra. Entonces deja morir algún sector de su existencia y como consecuencia aparece alguna enfermedad.
Podemos librarnos de esas resistencias interiores a los desafíos externos, y fortalecernos por dentro, si desarrollamos la capacidad de <<no resistirnos>>.
Tendremos que dejar de resistirnos ante la vida, de manera que nuestro corazón no se llene de enemigos:
<<Si tu vecino te desagrada, lo transformas en un enemigo. El problema no está en él, sino en tí. Y cuanto más lo resistas,más lo sentirás como enemigo (...)
Si no te gusta este día triste y oscuro, este día es tu enemigo. Si te molesta la tos de quien está a tu lado, la voz de un vecino, la manera de caminar de aquél, la mirada del otro, este ruido, aquella temperatura, esta actitud, aquella reacción...  tu alma acaba convirtiéndose en una ciudadela rodeada de enemigos por todas partes>>. (J. Larrañaga, "Del sufrimiento a la paz", Edic. S. Pablo, Masdrid 2001,45)












"TODO ESTO SE CURA CUANDO <<DEJAMOS DE RESISTIRNOS>> A LA VIDA EN MOVIMIENTO"


(S.B.)

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