martes, 5 de julio de 2011

Sólo Semillas



Cuentan que un joven paseaba una vez por una ciudad desconocida, cuando, de pronto, se encontró con un comercio sobre cuya marquesina se leía un extraño rótulo: "La Felicidad".


Al entrar descubrió que, tras los mostradores quienes despachaban eran ángeles y medio asustado, se acercó a uno de ellos y le preguntó: "Por favor, ¿qué venden aquí ustedes?"


¿Aquí? -Aquí vendemos absolutamente de todo.´


¡Ah! -dijo asombrado el joven- Sírvanme entonces el fin de todas las guerras del mundo, muchas toneladas de amor entre los hombres, un gran bidón de comprensión entre las familias, más tiempo de los padres para jugar con sus hijos.


Y así prosiguió hasta que el Ángel, muy respetuoso, le cortó la  palabra y le dijo:


"Perdone Usted Señor, creo que no me he explicado bien. Aquí no vendemos frutos, sino semillas"


En los mercados de Dios (Y EN LOS DEL ALMA),siempre es así.


Nunca te venden amor ya fabricado, te ofrecen unas  semillas que tú debes plantar en tu corazón; que tienes luego que regar y cultivar mimosamente, que has de preservar de las heladas y defender de los fríos, y que, al fin tarde, muy tarde, quién sabe en qué Primavera, acabará floreciéndote e iluminándote el ALMA.-






Ecos del Mensaje - Lap Argentina




(Almas_peq)







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