Superar el miedo del juicio quiere decir también abrir la puerta al Espíritu Santo.
Muchos al oir la expresión "juicio de Dios", se asustan; pero el juicio de Dios no tiene nada que ver con el juicio humano, es el miedo en nuestra alma el que nos bloquea frente a esta idea. Si no eliminamos de nosotros este temor nunca podremos ver a Dios en su diversidad, en su grandeza.
Cerrados en nuestro pequeño mundo no descubriremos su bondad inmensa que no nos juzga nunca. Por el contrario, somos nosotros los que nos juzgamos a nosotros mismos cuando rechazamos su misericordia, su Espíritu Santo -no juzgamos al cerrarnos-.
Debemos aprender a acudir a Dios a pedir perdón, a ir al hermano y decirle "¡perdóname!" o bien: "Reconciliémonos, dejemos que Dios obre, veremos cómo con el tiempo se ordena todo..." De esta manera se superarán rápidamente todas las barreras, e incluso un alma tosca, cerrada en los juicios encontrará espacio para que se manifieste el Espíritu de amor que sana cualquier herida y cualquier relación.
Nos ha sido dda la gracia para vivir en armonía, basta con decidir que el único corazón con el que nos queremos unir sea el de Jesús, entonces será Él quien aliente continuamente en nosotros su espíritu de Comunión.
Padre Tomislav Vlasic
Ecos del Mensaje - LAP Argentina
(almas_peq)
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