SAN JUAN DE LA CRUZ
¡Si supiésemos cuánto bien
y abundancia de espíritu perdemos
por no acabar de levantar
nuestros deseos de niñerías,
y cómo hallaríamos
nuestra más profunda satisfacción
en este sencillo manjar del espíritu,
si renunciáramos a nuestro gusto
por las cosas superficiales!
Es suma ignorancia pensar
que podremos pasar
a este alto estado de unión con Dios
sin primero vaciarnos
de todas las cosas naturales y sobrenaturales
que pueden impedir nuestra unión con él.
La distancia entre lo que deseamos
y la total transformación en Dios
que se nos ofrece es enorme.
"Cualquiera de ustedes
que no renuncie a todo lo que posee
no puede ser mi discípulo" (Lc 14,33)
Esto está claro porque la doctrina
que el Hijo de Dios vino a enseñar
exige renunciar a todo
lo que se interpone entre nosotros y nuestro Padre,
Para poder recibir el don de su Espíritu.
Porque, en tanto que no nos desprendamos de nuestras posesiones, no tendremos capacidad
para recibir el Espíritu de Dios
y la transformación que obra en nosotros.***
"No temas a la noche" - Edit. San Pablo
No hay comentarios:
Publicar un comentario