SAN JUAN DE LA CRUZ
Al descender esta noche
haz que recuerde otra vez
que el alma
que anda en amor
no cansa ni se cansa.
Pero yo confieso
que estoy agotado por el esfuerzo
de buscar un tesoro que nunca es suficiente,
y por cavar en pozos que están resecos.
Me encuentro
no sólo débil y vacío,
más sediento que cuando comencé
sino también desconcertado y turbado.
Soy incapaz de encontrar paz o descanso
en algo.
Sólo Tú Señor, puedes saciar mi sed y satisfacer mi hambre...
PARA QUE NO NOS CANSEMOS TANTO...
No temas a la noche - Editorial San Pablo - Bs.As.
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