1- PERTURBACIÓN QUE SE CURA.
La perturbación básica es la obsesión por tener o retener algo.
Aquí se incluyen los esquemas mentales fijos, las manías, obstinaciones y apegos que nos tienen anclados en el pasado o en un proyecto que nos absorbe y nos desgasta.
Dijimos que no podemos aprender a detenernos si estamos a al defensiva, resistiéndonos ante el mundo externo. Pero no podemos dejar de resistirnos, no podemos relajarnos, si estamos pendientes del aprecio de los demás o de su aprobación; porque si es así, no soportaremos el rechazo, la opinión diferente, la agresión, nada que contradiga nuestra necesidad interior. Este es un modo de agredirse a sí mismo convirtiéndose en esclavo de la opinión ajena.
<<Otra forma de autodesprecio consiste en someternos sin condiciones a las apreciaciones y juicios de los demás, sin tener en cuenta el precio que ello puede suponer, lo que conduce con frecuencia a la negación y destrucción de uno mismo y,a la postre, a exponerse al riesgo de convertirse en víctima de sus posibles abusos. En este sentido, es conveniente reconocer que frecuentemente reaccionamos con exageración ante las críticas nimias de los demás, tomándolas demasiado en serio y olvidándonos de las cosas importantes de la vida, aquellas que tienen efectos profundos sobre nuestra vida a largo plazo. Al proceder de este modo, caemos en la trampa de asentarnos de manera sesgada y superficial en nuestra negatividad, regulando nuestra vida a partir de los mensajes de los demás, muchas veces emitidos con escasa consciencia de lo que dicen y que, por nuestra parte, abultamos desproporcionadamente>> (A. Bernard, "Desarrollo dela armonía interior", Desclée de Brouver, Bilbao 2000, 222-223.)
Por eso también hay que aprender a soltar, a soltar esa obsesión por nuestra imagen, por el qué dirán, por los afectos ajenos, etc.
También hay que aprender a disfrutar sin apegarse a las cosas, a desprenderse de los objetos. Hay que aprender a soltar el pasado, la niñez o la adolescencia, las cosas que no pudieron ser, las personas que ya no están y cualquier otra esclavitud que nos llene de insatisfacciones.
Ciertamente, las tres actitudes, (detenerse, dejar de resistirse, soltar) se van aprendiendo simultáneamente, y la una alimenta a la otra. Pero también es cierto que, de acuerdo a su temperamento, a su historia, o a su situación actual, cada uno tendrá que comenzar por una u otra, o poner el acento más en una que en las otras.
SOLTAR |
"Claves para vivir en plenitud" - Víctor Manuel Fernández - Edt. Paulinas - Bs. As. (192-193)
(almas_peq)
El vivir dependiendo de la opinión de los demás es lo que más esclaviza a una persona. También lo es vivir aferrados a lo material, ya que no siempre tendremos todas las cosas que existen, eso nos puede llevar a sentirnos el último ser de la tierra porque no tengo lo que se usa, lo que está de moda, el último modelo de auto o de ropa etc. Eso nos transforma en personas totalmente infelices y aún más, totalmente enfermas psicológicamente, pues se deja de percibir la realidad claramente.
ResponderEliminarEsto lleva a una persona a ser esclavo de los demás y a perder su personalidad, su identidad, sus opiniones, a llegar al desprecio de todo lo referido a él y a pensar que los demás son lo mejor.
Jesús en el Mensaje le dice constantemente a Margarita, que no tenga por los demás lo que Él llama "un falso respeto humano".
Esto implica un gran esfuerzo de sí mismo, para conocernos bien, en primer lugar, y sabiendo quien es cada uno, poder avanzar por la vida seguros y confiados. Dependiendo de nosotros y principalmente de Dios quien es nuestro Creador, y que nos creó para ser libres y felices.