MENSAJE DEL AMOR MISERICORDIOSO ("DIARIO DE MARGARITA) - TOMO 2
19 de agosto de 1977
Margarita- Después de la preparación a la Oración, algunos pensamientos sacados del Mensaje...
Conociendo tu miseria, échate con confianza en mis brazos, pues tu amor debe ser más fuerte que tu indignidad.
Eres hija mía, un fruto de mi Misericordia; no eres grande más que por tu debilidad confesada y aceptada humildemente.
Un día estando distraída en la Comunión, yo Le dije: "Perdona Señor mío... ¡Estaba ahí donde Tú no estabas!" El me contestó: "¿Hay un sitio donde no esté Yo?"
Otro día: "El pecador que Me busca ya no es un pecador a mis ojos, sino más bien un alma herida... en marcha hacia la Luz y la Verdad".
Con Jesús siempre puede uno intentar arreglárselas. Un niño cae y se vuelve a levantar enseguida; lo más a menudo, ni siquiera se da cuenta de sus caídas, vuelve a emprender la carrera inmediatamente con una pequeña mueca desde luego, pero la olvida rápidamente en el calor de la acción.
Caer es para mí demostrar mal humor; no saber callarme cuando hace falta, contestar a veces con amargura... sin preocuparme de hacerle daño... y esto no lo quiere, juzgar algunos actos de mi prójimo que me parecen reprensibles y provocan en mí una especie de irritación...
He aquí en mi jardín, algunos escollos, que yo debo evitar. Puesto que yo los conozco es para mí, un deber no descuidarles y darles un rodeo cuidadosamente. Así yo me haré menos daño a mí misma y a los demás.
Una sola verdad debe guiarme: La Caridad.
Un solo enemigo a combatir: "Yo"
La Caridad y el yo, son dos contrarios que no concuerdan.
"Mensaje del Amor Misericordioso - TOMO 2 - Pág. 181 - Edic. LAP Argentina.
19 de agosto de 1977
Margarita- Después de la preparación a la Oración, algunos pensamientos sacados del Mensaje...
Conociendo tu miseria, échate con confianza en mis brazos, pues tu amor debe ser más fuerte que tu indignidad.
Eres hija mía, un fruto de mi Misericordia; no eres grande más que por tu debilidad confesada y aceptada humildemente.
Un día estando distraída en la Comunión, yo Le dije: "Perdona Señor mío... ¡Estaba ahí donde Tú no estabas!" El me contestó: "¿Hay un sitio donde no esté Yo?"
Otro día: "El pecador que Me busca ya no es un pecador a mis ojos, sino más bien un alma herida... en marcha hacia la Luz y la Verdad".
Con Jesús siempre puede uno intentar arreglárselas. Un niño cae y se vuelve a levantar enseguida; lo más a menudo, ni siquiera se da cuenta de sus caídas, vuelve a emprender la carrera inmediatamente con una pequeña mueca desde luego, pero la olvida rápidamente en el calor de la acción.
Caer es para mí demostrar mal humor; no saber callarme cuando hace falta, contestar a veces con amargura... sin preocuparme de hacerle daño... y esto no lo quiere, juzgar algunos actos de mi prójimo que me parecen reprensibles y provocan en mí una especie de irritación...
He aquí en mi jardín, algunos escollos, que yo debo evitar. Puesto que yo los conozco es para mí, un deber no descuidarles y darles un rodeo cuidadosamente. Así yo me haré menos daño a mí misma y a los demás.
Una sola verdad debe guiarme: La Caridad.
Un solo enemigo a combatir: "Yo"
La Caridad y el yo, son dos contrarios que no concuerdan.
"Mensaje del Amor Misericordioso - TOMO 2 - Pág. 181 - Edic. LAP Argentina.
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