DELANTE DE LA CRUZ
Delante de la Cruz, los ojos míos
quédense Señor, así mirando
y sin ellos quererlo, estén llorando
porque pecaron mucho y están fríos;
y estos labios que dicen mis desvíos
quédense, Señor, así cantando;
y sin ellos quererlo estén rezando
porque pecaron mucho y son impíos,
y así con la mirada en voz prendida
y así con la palabra prisionera
como lacarne a vuestra Cruz asida
quédenseme, Señor, el alma entera.
Y así, clavada en vuestra Cruz mi vida
Señor, así, cuando queráis, me muera.
Colaboración Alma Pequeña: Teresa Paz de Upton
Revista Ecos- Lap Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario