18 DE JULIO DE 1978
M- Sí, Señor, quiero cantar el amor
Quiero cantar la esperanza en un universo desesperado. Se cuánto me amas: ojalá no dude yo jamás de Tu Amor por mi.
J- Hija mía, el sol puede ser pálido o radiante, puede estar oculto por las nubes, no por eso deja de existir en toda su luminosidad, y sus rayos atravesarán todas las capas más profundas de tu humanidad, iluminando los más pequeños rincones de tu alma.
Te enseñará el más mínimo polvo de imperfección (a quitar).
Yo doy mucho. Yo pido mucho. Hijita mía, cree con toda tu alma en la realidad del Mensaje y en la realidad que te lo dictó. El Amor necesita urgentemente corazones puros, sinceros, generosos, apostólicos, en estos tiempos en que el Príncipe de las Tinieblas engaña a tantas almas con falsas manifestaciones de devoción, alejándoles así de la Casa que Yo he construido sobre una roca inquebrantable. La Iglesia, santa y soberana, con la fuerza de los que son su cemento indestructible (mis Santos), con la debilidad de algunos de sus miembros que desean atacar sus estructuras, pero chocan, en vano, contra sus murallas consolidadas por los corazones amorosos y fieles que Le sirven de escudo con sus cuerpos y sus almas.
Y mis pequeños no tienen otra armadura que el vestido del Santo Padre. ¡Defiende a la Iglesia! ¡Defiende a aquel que guía su Barca!
Sé tú misma, en todas las circunstancias y sin temor.
No hay que ocultar lo que uno es. ¡La plena luz alumbra todo!
Que mi Amor te consuma con su Viva Llama -que te revele sus secretos, que te fortalezca, pues hay que luchar, hay que hacerlo.
Pequeño nada, Yo me sirvo de ti.
Ten confianza en Mi. Si, el universo está desesperado, tú espera; haz pasar tu esperanza en el corazón de los hombres.
¡Salvemos las almas, hija mía, salvémoslas! Tú con tu nada, perdido, completamente perdido en la Fuerza y en el Amor de tu Dios.
Y Yo actúo a través de tu corazón. No olvides que de nada, puedo hacer Yo un todo.
Y de una mala acción, Yo sé sacar un bien mayor.
Exalta Mi Poder Soberano; que todos tomen conciencia de la venida en ellos, del Dueño del Mundo, del Esposo de su alma y de su Amor de Padre, de Hijo en la Santa Eucaristía y del Espíritu Santo; unión del Padre y del Hijo en su vida de cada día.
Libro: "Mensaje del Amor Misericordioso a las Almas Pequeñas"- TOMO 2 - Págs.359-360 - LAP Argentina.
M- Sí, Señor, quiero cantar el amor
Quiero cantar la esperanza en un universo desesperado. Se cuánto me amas: ojalá no dude yo jamás de Tu Amor por mi.
J- Hija mía, el sol puede ser pálido o radiante, puede estar oculto por las nubes, no por eso deja de existir en toda su luminosidad, y sus rayos atravesarán todas las capas más profundas de tu humanidad, iluminando los más pequeños rincones de tu alma.
Te enseñará el más mínimo polvo de imperfección (a quitar).
Yo doy mucho. Yo pido mucho. Hijita mía, cree con toda tu alma en la realidad del Mensaje y en la realidad que te lo dictó. El Amor necesita urgentemente corazones puros, sinceros, generosos, apostólicos, en estos tiempos en que el Príncipe de las Tinieblas engaña a tantas almas con falsas manifestaciones de devoción, alejándoles así de la Casa que Yo he construido sobre una roca inquebrantable. La Iglesia, santa y soberana, con la fuerza de los que son su cemento indestructible (mis Santos), con la debilidad de algunos de sus miembros que desean atacar sus estructuras, pero chocan, en vano, contra sus murallas consolidadas por los corazones amorosos y fieles que Le sirven de escudo con sus cuerpos y sus almas.
Y mis pequeños no tienen otra armadura que el vestido del Santo Padre. ¡Defiende a la Iglesia! ¡Defiende a aquel que guía su Barca!
Sé tú misma, en todas las circunstancias y sin temor.
No hay que ocultar lo que uno es. ¡La plena luz alumbra todo!
Que mi Amor te consuma con su Viva Llama -que te revele sus secretos, que te fortalezca, pues hay que luchar, hay que hacerlo.
Pequeño nada, Yo me sirvo de ti.
Ten confianza en Mi. Si, el universo está desesperado, tú espera; haz pasar tu esperanza en el corazón de los hombres.
¡Salvemos las almas, hija mía, salvémoslas! Tú con tu nada, perdido, completamente perdido en la Fuerza y en el Amor de tu Dios.
Y Yo actúo a través de tu corazón. No olvides que de nada, puedo hacer Yo un todo.
Y de una mala acción, Yo sé sacar un bien mayor.
Exalta Mi Poder Soberano; que todos tomen conciencia de la venida en ellos, del Dueño del Mundo, del Esposo de su alma y de su Amor de Padre, de Hijo en la Santa Eucaristía y del Espíritu Santo; unión del Padre y del Hijo en su vida de cada día.
Libro: "Mensaje del Amor Misericordioso a las Almas Pequeñas"- TOMO 2 - Págs.359-360 - LAP Argentina.
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