domingo, 2 de febrero de 2014

Rv: Santo de hoy-Fiesta de la Candelaria-2 de febrero

 
LAP Argentina



El día domingo, 2 de febrero de 2014 4:31, Catholic. net <mailing@lists.catholic.net> escribió:
Catholic.net

 El lugar de encuentro de los católicos en la red



 











Fiesta de la Candelaria
Fiesta de la Presentación del Señor, 2 de febrero
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Fiesta de la Presentación del Señor, llamada Hypapante por los griegos: Cuarenta días después de Navidad, Jesús fue conducido al Templo por María y José, y lo que podía aparecer como cumplimiento de la ley mosaica era realmente su encuentro con el pueblo creyente y gozoso, manifestándose como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo Israel.

Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús

Esta fiesta ya se celebraba en Jerusalén en el siglo IV.

La festividad de hoy, de la que tenemos el primer testimonio en el siglo IV en Jerusalén, se llamaba hasta la última reforma del calendario, fiesta de la Purificación de la Virgen María, en recuerdo del episodio de la Sagrada Familia, que nos narra San Lucas en el capitulo 2 de su Evangelio. Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús, para ofrecer su primogénito y cumplir el rito legal de su purificación. La reforma litúrgica de 1960 y 1969 restituyó a la celebración el título de "presentación del Señor" que tenía al principio: la oferta de Jesús al Padre, en el Templo de Jerusalén, es un preludio de su oferta sacrifical sobre la cruz.

Este acto de obediencia a un rito legal, al que no estaban obligados ni Jesús ni María, constituye una lección de humildad, como coronación de la meditación anual sobre el gran misterio navideño, en el que el Hijo de Dios y su divina Madre se nos presentan en el cuadro conmovedor y doloroso del pesebre, esto es, en la extrema pobreza de los pobres, de los perseguidos, de los desterrados.

El encuentro del Señor con Simeón y Ana en el Templo acentúa el aspecto sacrifical de la celebración y la comunión personal de María con el sacrificio de Cristo, pues cuarenta días después de su divina maternidad la profecía de Simeón le hace vislumbrar las perspectivas de su sufrimiento: "Una espada te atravesará el alma": María, gracias a su íntima unión con la persona de Cristo, queda asociada al sacrificio del Hijo. No maravilla, por tanto, que a la fiesta de hoy se le haya dada en otro tiempo mucha importancia, tanto que el emperador Justiniano decretó el 2 de febrero día festivo en todo el imperio de Oriente.

Roma adoptó la festividad a mediados del siglo VII, y el Papa Sergio I (687-701) instituyó la más antigua de las procesiones penitenciales romanas, que salía de la iglesia de San Adriano y terminaba en Santa María Mayor. El rito de la bendición de los cirios, del que ya se tiene testimonio en el siglo X, se inspire en las palabras de Simeón: "Mis ojos han visto tu salvación, que has preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones". Y de este rito significativo viene también el nombre popular de esta fiesta: la así llamada fiesta de la "candelaria".

¿Quieres saber más? Consulta:

Presentación de Jesús al Templo
 









Rv: Santo de hoy-Fiesta de la Candelaria-2 de febrero



LAP Argentina



El día domingo, 2 de febrero de 2014 4:31, Catholic. net <mailing@lists.catholic.net> escribió:
Catholic.net

 El lugar de encuentro de los católicos en la red
















Fiesta de la Candelaria
Fiesta de la Presentación del Señor, 2 de febrero
Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid

Fiesta de la Presentación del Señor, llamada Hypapante por los griegos: Cuarenta días después de Navidad, Jesús fue conducido al Templo por María y José, y lo que podía aparecer como cumplimiento de la ley mosaica era realmente su encuentro con el pueblo creyente y gozoso, manifestándose como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo Israel.

Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús

Esta fiesta ya se celebraba en Jerusalén en el siglo IV.

La festividad de hoy, de la que tenemos el primer testimonio en el siglo IV en Jerusalén, se llamaba hasta la última reforma del calendario, fiesta de la Purificación de la Virgen María, en recuerdo del episodio de la Sagrada Familia, que nos narra San Lucas en el capitulo 2 de su Evangelio. Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús, para ofrecer su primogénito y cumplir el rito legal de su purificación. La reforma litúrgica de 1960 y 1969 restituyó a la celebración el título de "presentación del Señor" que tenía al principio: la oferta de Jesús al Padre, en el Templo de Jerusalén, es un preludio de su oferta sacrifical sobre la cruz.

Este acto de obediencia a un rito legal, al que no estaban obligados ni Jesús ni María, constituye una lección de humildad, como coronación de la meditación anual sobre el gran misterio navideño, en el que el Hijo de Dios y su divina Madre se nos presentan en el cuadro conmovedor y doloroso del pesebre, esto es, en la extrema pobreza de los pobres, de los perseguidos, de los desterrados.

El encuentro del Señor con Simeón y Ana en el Templo acentúa el aspecto sacrifical de la celebración y la comunión personal de María con el sacrificio de Cristo, pues cuarenta días después de su divina maternidad la profecía de Simeón le hace vislumbrar las perspectivas de su sufrimiento: "Una espada te atravesará el alma": María, gracias a su íntima unión con la persona de Cristo, queda asociada al sacrificio del Hijo. No maravilla, por tanto, que a la fiesta de hoy se le haya dada en otro tiempo mucha importancia, tanto que el emperador Justiniano decretó el 2 de febrero día festivo en todo el imperio de Oriente.

Roma adoptó la festividad a mediados del siglo VII, y el Papa Sergio I (687-701) instituyó la más antigua de las procesiones penitenciales romanas, que salía de la iglesia de San Adriano y terminaba en Santa María Mayor. El rito de la bendición de los cirios, del que ya se tiene testimonio en el siglo X, se inspire en las palabras de Simeón: "Mis ojos han visto tu salvación, que has preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones". Y de este rito significativo viene también el nombre popular de esta fiesta: la así llamada fiesta de la "candelaria".

¿Quieres saber más? Consulta:

Presentación de Jesús al Templo






sábado, 1 de febrero de 2014

Rv: [misadiaria] COMPASION


 LAP Argentina



El día jueves, 30 de enero de 2014 21:50, Pedro Donoso Brant <p.s.donoso@vtr.net> escribió:
COMPASION
 
 
 
"COMPASIÓN"
"Ten compasión de mí, oh Dios, por tu misericordia, por tu inmensa ternura borra mi iniquidad" (Salmo 51,3))
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 
1.    el Señor ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido
Las Sagradas Escrituras, nos hablan de la misericordia, que es particularmente un sentimiento de piedad o de compasión, que induce a la ayuda y al perdón. Expresa  el Profeta Isaías; "¡Aclamad, cielos, y exulta, tierra! Prorrumpan los montes en gritos de alegría, pues el Señor ha consolado a su pueblo, y de sus pobres se ha compadecido". (Isaías 49,13) y luego más adelante para mayor claridad expone; "¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido".  (Isaías 49,14). En esta ultimo verso, se señala un sentimiento íntimo, profundo y amoroso que liga a dos personas por lazos de sangre o de corazón, como a la madre o al padre con su propio hijo, tal como lo canta el salmista; "Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es el Señor" (Salmos 103,13).
La compasión y la misericordia, siempre es un amor entrañable por los demás que nace en el buen corazón, que permite que brote en forma espontánea y está abierta a toda forma de cariño. Pero también la compasión permite una visión distinta del hombre racional, porque de él no nace de un sentimiento espontáneo, sino más bien de una deliberación consciente, como consecuencia de una relación de derechos y deberes, que generalmente se da por parte de las personas que piensan y buscan el bien de los demás, y por compasión no niegan su ayuda o justicia al que lo necesita. En ambos casos, el sentido fundamental es el de humanidad, clemencia y bondad, lo que en muchos casos se manifiesta en forma de piedad, de compasión o de perdón, teniendo siempre como fundamento la fidelidad a un compromiso que se siente como tal, ya sea por vínculos de hermandad, familiaridad o en virtud de los íntimos sentimientos de humanidad o también por un deber jurídico libremente asumido que considera el respeto por la vida de los hombres.
Es así, como las Sagradas Escrituras, están llenas de expresiones de bondad, de mostrar y dar gracia, ser clemente, misericordioso o compasivo, como en el dialogo del Señor con Moisés; "Yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de ti el nombre del Señor; pues hago gracia a quien hago gracia y tengo misericordia con quien tengo misericordia".  (Éxodo 33,19). Hablando sobre la prosperidad, dice Isaías; "Sin embargo aguardará el Señor para haceros gracia, y así se levantará para compadeceros, porque Dios de equidad es el Señor, ¡dichosos todos los que en él esperan!" (Isaías 30, 18). Y es de  esta forma como el Señor espera de nosotros, que podamos compadecernos, sentir misericordia, y por tanto conmovernos, esto es sentir piedad y sentir lástima del que se ha caído; porque como dice Job; "El que retira la compasión al prójimo abandona el temor de Sadday" (de la grandeza de Dios) (Job 6,14)
En el libro de la sabiduría se proclama sin equívocos que Dios ama y se compadece de todas sus criaturas, "Te compadeces de todos porque todo lo puedes y disimulas los pecados de los hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres y nada de lo que hiciste aborreces, pues, si algo odiases, no lo habrías hecho.  Y ¿cómo habría permanecido algo si no hubieses querido? ¿Cómo se habría conservado lo que no hubieses llamado? Mas tú con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, Señor que amas la vida" (Sabiduría 11, 23-26). Este fragmento  propone por una parte que el Señor crea por amor, en cuanto que afirma que si Dios odiase alguna cosa no la habría creado; luego, por antítesis, se dice que toda criatura es fruto del amor del Señor. Sobre todo se proclama aquí que Dios ama a todas las cosas que existen y las conserva en su existencia porque las ama. Debido a este amor divino, el creador tiene compasión de todos los hombres, incluso de los pecadores.
2.    Jesus se compadece, frente al dolor Y LOS PECADORES.
Jesús se compadece de los pobres, los enfermos, los angustiados, los pecadores. Estos son hombres y mujeres víctimas de los males y dolores físicos, sociales, psíquicos, morales, con los que Jesús se encuentra y les muestra su cariño y misericordia. En efecto, en Jesús, Dios sale al encuentro de la humanidad que sufre para liberarla de los males que le afectan. Del mismo modo, los prodigios y  milagros de Jesús son el signo de la compasión que siente por los hombres, y es la penetración de la fuerza del reino de Dios en el mundo humano, por tanto podemos ver en los milagros de Jesús una demostración visible del deseo de Dios de liberar al hombre del mal y de restituirle una plena humanidad. Por consiguiente, la respuesta de Dios al dolor humano es la "compasión", la solidaridad en el dolor.
En realidad, si todo lo que hay en el mundo es obra de Dios, nada se sustrae a su providencia, y por tanto tampoco a su amor compasivo. Por eso el salmista puede cantar: "Dios ama la justicia y el derecho, del amor del Señor está llena la tierra" (Salmo 33,5). Y, de forma específica para el hombre, el sabio puede decir que; "La misericordia del hombre sólo alcanza a su prójimo, la misericordia del Señor abarca a todo el mundo". (Eclesiástico 18,13). Esto nos permite comprender cómo la misericordia divina es realmente universal y no conoce límites ni admite barreras de ninguna clase.
Lo hermoso es ver a través de la lectura contemplada de los Evangelios, como se describe que la vida pública de Jesús es una actitud de amor y de misericordia frente a todas las formas de miseria humana, con todos aquellos que física o moralmente tenían necesidad de piedad y compasión, de ayuda y sostén, de comprensión y de perdón, como lo relata Lucas; "él pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos". (Hechos 10,38). Médico de los cuerpos, por consiguiente, pero sobre todo de las almas; "Al oír esto Jesús, les dice: No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores". (Mc 2,17), como lo demuestra su actitud llena de indulgencia y de favor con los pecadores, que encuentran en él un amigo; "Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: "Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores." (Lc 7,34), y con los que no tiene ningún reparo en tratar, como a Leví, a pesar de los recelos de muchos, llegando incluso a aceptar ir a su casa y a sentarse a su mesa; "Después de esto, salió y vio a un publicano llamado Leví, sentado en el despacho de impuestos, y le dijo: Sígueme. El, dejándolo todo, se levantó y le siguió. Leví le ofreció en su casa un gran banquete. Había un gran número de publicanos, y de otros que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban diciendo a los discípulos: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?, Les respondió Jesús: No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores." (Lc 5,27-32)
En los evangelios vemos cómo Jesús se conmueve frecuentemente ante las necesidades de los hermanos y "siente compasión" por todos, sea cual sea su enfermedad o su necesidad; "Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: Quiero; queda limpio. Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio."  (Mc 1,41).  Por eso, todos los que recurren a él lo hacen como si se dirigieran a Dios mismo, invocando su misericordia; "si algo puedes, ayúdanos, compadécete de nosotros. Jesús le dijo: ¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!"  (Mc 9,22), suplicándole: "¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David!" (Mt 15,22). Habiéndose hecho en todo semejante a los hermanos y habiendo experimentado en su propia carne la dureza del sufrimiento humano; "Por eso tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos, para ser misericordioso y Sumo Sacerdote fiel en lo que toca a Dios, en orden a expiar los pecados del pueblo. Pues, habiendo sido probado en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados". (Hebreos 2,17-18), con esta experiencia acepta libremente morir en la cruz por la redención del mundo.
Así es como Jesús "recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor". (Mateo 9, 35-36), el mismo Jesús al que podemos dirigirnos a fin de obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno, "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado. Acerquémonos, por tanto, confiadamente al trono de gracia, a fin de alcanzar misericordia y hallar gracia para una ayuda oportuna". (Hebreos 4, 14-16)
3.    EL SENTIDO DE SER COMPASIVO, SENSIBLE, HUMANO Y PIADOSO
La compasión es ponerse en el lugar del otro, es percibir y comprender las penas ajenas, es preocuparse por la persona que atraviesa necesidades, pero también es ser humano con el que ha cometido un error, recordando, que todos estamos expuestas a un caída o a alguna dificultad. Tener compasión, es manifestar una actitud amigable e indulgente, demostrando que los demás son importante para uno. Es ser solidario en las penas cuando alguien ha sido ofendido y necesita que le escuchen y le comprendan.
Tener compasión, es tener la capacidad cristiana de perdonar a quién te ha causado daño, y las veces que sea necesario. Pregunta Pedro al Señor, "¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces? Le responde Jesús: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete." (Mateo, 18,21), es decir infinitamente. Todo esto, porque debemos hacer un esfuerzo en comprender los motivos de los errores y porque nos corresponde preocuparnos más por esa persona que por nuestro propio mal. Es así como, tener compasión, es la capacidad de condolerse con el que sufre, incluso si no lo  conocemos. Tener compasión, es poder atender al prójimo y desear ayudarle de corazón. Tener compasión, es poder dar una palabra cariñosa, sensible y amable al que sufre. Ser compasivo es como hacer sentir que una persona que tiene dificultades, no está sola. ¿Podemos imaginarnos un mundo sin compasión?. No olvidemos que cuando hay compasión las dificultades son más fáciles de soportar.
Pero el que mejor puede explicar que es la compasión es el mismo Jesús, quien para defenderse de las acusaciones de los fariseos y para justificar su comportamiento; "los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y come con ellos" (Lucas 15,1-2), narra tres parábolas inmensamente bellas y significativas, enseñando cual es la verdadera compasión, alegrándose mucho y mostrando una gran misericordia. La primera de ella es la de la oveja extraviada; "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido." Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no tengan necesidad de conversión". (Lucas 15, 6-7), la segunda es la de la dracma perdida; "Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido." Del mismo modo, os digo, se produce alegría ante los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta". (Lucas 15, 9-10). Ambas parábolas, se completan con una alusión a la alegría que causa en el cielo el hallazgo-conversión, aunque sea de un solo pecador. La tercera parábola, llena de indicaciones de fina psicología paternal, es la conocida como la del "hijo prodigo", que nos relata cómo un hijo derrochador y libertino es esperado amorosamente por su propio padre, que busca en el horizonte su retorno y que, al divisarlo de lejos, se llena de compasión y corre amorosamente a abrazarlo; "Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente". (Lucas 15,11-32). Es la imagen más viva del amor ilimitado del Padre celestial, que Jesús nos revela de una forma incomparable, como sólo él podía hacerlo. Los hombres tienen que conocer y experimentar este amor; y por eso Jesús, después de curar a un endemoniado que quería seguirle por agradecimiento, le ordena con decisión: "Vete a tu casa con los tuyos y cuéntales todo lo que el Señor, compadecido de ti, ha hecho contigo" (Marcos 5,19). Con estas parábolas, Jesús, nos enseña la clave para entender lo que es ser compasivo y misericordioso  en su significado más profundo. Es el Padre el que actúa en él: "Mi Padre trabaja hasta ahora, y yo también trabajo". (Juan 5,17) y el que en su persona manifiesta visiblemente su humanidad, piedad, compasión y misericordia.
4.    LO QUE NOS QUEDA POR HACER
Me parece que debemos comenzar por evitar las críticas dañinas, y mirar a nuestro prójimo como nos ha pedido el mismo Señor: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos". (Lucas 12, 31). Ni el mismo Señor se ha tomado esa atribución; "porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo". (Juan 12,47), porque el Señor es compasivo y misericordioso. (Santiago 5,11) y también nos ha pedido; "Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo" (Lucas 6,36)
La compasión, tiene su origen cuando comenzamos a prestar atención a los demás y a nosotros mismos, por tanto procuremos atención cuando alguien sufre y necesita ayuda y consuelo por algún problema en su vida. Acerquémonos a esas personas  que tienen dificultades, así como lo hacía el Señor, sin rehuir de ellas, "Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó". (Marcos 1,31) y demostrémosle que los comprendemos y nos preocupamos por ellos. Sentémonos a su lado, entreguemos con cariño un poco de nuestro tiempo, escuchemos, como Jesús escuchaba a Nicodemo (Juan 3,1) o a la Samaritana (Juan 4,1), sin importarnos que la conversación que nos van a plantear resulte latosa o inoportuna. Compartamos con nuestros hermanos nuestra experiencia cuando son parecidas.
Demostremos que amamos entregando disculpas o disculpando al que nos ha causado daño. Tener compasión es entregar cuanto esté a nuestro alcance para ayudar sin pedir nada y hacer oración por aquel que  lo necesita.
No excluyamos a ninguna persona, es decir, no las aislemos, acerquémonos cuando alguien está herido o necesita un amigo, del mismo modo como le sucedió a Jesús cuando al pasar cerca de Jericó, se encontró que había un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; "al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno y empezó a gritar, diciendo: -¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!- Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: -¡Hijo de David, ten compasión de mí!- . Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: -¿Qué quieres que te haga?- Él dijo: -¡Señor, que vea!- Jesús le dijo: - Ve. Tu fe te ha salvado-.Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.
"Tierno es el Señor  y justo, compasivo nuestro Dios" (Salmo 116,5), además de "compasivo y misericordioso, perdona los pecados y salva en la hora de la tribulación" (Eclesiástico, 2,11)
El Señor nos Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Fuente de este artículo y sus comentarios.
Textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ)
Textos del Diccionario Teológico Ravasi
Enero 2014

  Publicado en mí pagina WEB www.caminando-con-jesus.org en este link. CRONICAS Y COMENTARIOS
 




Rv: [pequenas_almas] Enero 31 11H00 SANTORAL


LAP Argentina



El día viernes, 31 de enero de 2014 14:21, Winston Pauta Avila <wpauta@yahoo.es> escribió:
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Autor: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net
Juan Bosco, Santo
Presbítero y Fundador, 31 de enero
Juan Bosco, Santo
Juan Bosco, Santo

Presbítero y Fundador
de la Sociedad Salesiana y
del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora

Martirologio Romano: Memoria de san Juan Bosco, presbítero, el cual, después de una niñez áspera, fue ordenado sacerdote y en la ciudad de Turín, en Italia, se dedicó con todas sus fuerzas a la formación de adolescentes. Fundó la Sociedad Salesiana y, con la ayuda de santa María Dominica Mazzarello, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, para enseñar oficios a la juventud e instruirles en la vida cristiana. Lleno de virtudes y méritos, voló al cielo en este día en la ciudad de Turín, en Italia (1888).

Fecha de canonización: 1 de abril de 1934 por el Papa Pío XI.
San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como "método preventivo" y basada en la religión, la razón y el amor. "La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo".

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la "buena prensa". Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía "sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros". Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: "Condenamos los errores, escribió en el "Católico", pero respetamos siempre a las personas". San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

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Reina de las Dos Sicilias

Martirologio Romano: En Nápoles, Italia, Beata María Cristina de Saboya, Reina, que se destacó por sus virtudes, obras de piedad y prácticas religiosas. († 1836)
Maria Cristina de Saboya nació en Cagliari el 14 de noviembre de 1812, fue la última hija de Vittorio Emanuel I, rey de Cerdeña, y de la Archiduquesa Maria Teresa de Austria-Este. La educaron esegún los principios de una rigurosa religiosidad católica. A los nueve años, después de la abdicación de su padre, la familia se mudó a Génova, en donde frecuentemente visitaba a su hermana, la duquesa de Modena y Lucca.

Ya desde 1817, cuando tenía 5 años, Francisco I, rey de Nápoles, había pensado en ella como posible esposa de su hijo Fernando. Y a éste, dos años mayor, le gustó la idea en cuanto empezó a pensar en ello como príncipe. Así que al subir al trono en 1830 empezó un tira y afloja diplomático (la madre de María Cristina, María Teresa de Austria-Este, se oponía por la epilepsia de Fernando) hasta que todos concordaron.

Todos, salvo María Cristina. A todos había insistido en que a las pompas del mundo prefería el retiro del claustro y la paz del corazón. Pero entendiendo que era su deber como hija y heredera, el 21 de noviembre de 1832 contrajo matrimonio en Génova.

Según Harold Acton (1904-1994), erudito británico estudioso de los Borbones de Nápoles, "cuando llegó la hora de vestirse, rompió en lágrimas y sus damas de honor no sabían cómo consolarla. María Cristina les explicó que no podía apartar de sí el terror al matrimonio, hacia el cual no sentía la más mínima inclinación". Sin embargo, durante toda la ceremonia mantuvo el tipo y el gesto correctos.

El matrimonio con Fernando II de las Dos Sicilias, fue celebrado en el santuario de Voltri, cerca de Génova, el 21 de noviembre de 1832.

Durante el breve periodo en que fue reina, Maria Cristina, a quien sus contemporáneos describen come una dama fina y dulce y de salud delicada, se dedicó sobre todo a obras de piedad y a las prácticas religiosas. En el convento de Santo Domingo Soriano fundó un hogar para los necesitados.

Fernando y ella fueron felices en su matrimonio, aunque la leyenda negra unitarista difamó esa verdad. María Cristina orientó a su esposo y rey hacia las obras de caridad. Muy devota, se había consagrado a la Virgen desde muy pequeña, y leía a diario la Biblia en la corte, donde procuraba que todos asistiesen a misa el domingo. No tenía respetos humanos, y cuando iba en su carroza y se cruzaba con un sacerdote que llevaba el viático en procesión a un enfermo, mandaba parar y se arrodillaba a su paso. Facilitó muchos matrimonios de personas pobres que no tenían dinero haciéndoles donativos, y su preocupación por los más necesitados la hacía muy querida por casi todos.

Muchas veces obtuvo de su marido la mitigación de una política represiva contra los condenados políticos, y consiguió se les conmutara la pena de muerte.

Murió el 31 de enero de 1836 al dar a luz su primer hijo, el futuro Francisco II.

Pese a morir en olor de santidad cuestiones políticas frenaron su causa, cuando murió faltaba poco para que se pusiese en marcha un proceso que ni políticamente (por el carácter revolucionario del evento) ni religiosamente (por su carácter masónico) admitía que una Borbón devota y piadosa fuese elevada a los altares y convertida en icono popular.

El 2 de mayo de 2013 S.S. Francisco firmó el decreto reconociemdo un milagro atribuido a su intercesión lo cual permitirá su próxima beatificación.


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miércoles, 8 de enero de 2014

Rv: [pequenas_almas] Enero 8 06H00 NUEVAS HISTORIAS


LAP Argentina



El día miércoles, 8 de enero de 2014 8:57, Winston Pauta Avila <wpauta@yahoo.es> escribió:
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 LA INDIFERENCIA, LA LIEBRE Y EL TIGRE



 
Había una vez un hombre que se encontraba decepcionado de la humanidad, decepcionado de la indiferencia de los hombres con sus semejantes, de que cada vez el hombre está dejando de ser menos humano y que más se estaba asemejando a un animal.
 
Cuando creía que la humanidad no tenía sentido y que todo estaba perdido, caminando cierto día por un bosque se quedo sorprendido con lo que sus ojos observaban. Había una liebre que le estaba dando de comer a un tigre que estaba mal herido. Sorprendido volvió al día siguiente para comprobar si es que era casualidad lo visto, y lo que había visto se repetía todos los días, hasta que un día el tigre ya recuperado, se levanto simplemente sin decir gracias a la liebre y se fue.
 
El hombre admirado por la solidaridad de la liebre se dijo: Si entre Los animales se ayudan, siendo ellos menos inteligentes que el hombre, Entonces todavía hay esperanzas.
 
Entusiasmando quiso comprobar si todavía hay solidaridad entre los hombres. Entonces para comprobar cierto día se hecho en medio de la pista a ver si alguien se acercaba a ayudarlo. Y así estuvo todo el día: en la mañana, la tarde y en la noche. Cuando ya era media noche triste y decepcionado, se decía así mismo "Este mundo no tiene esperanzas".
 
Y una voz por ahí que con el viento venia le dice: "Deja de comportarle como el tigre y actúa como una libre".
 
Y tu como actuarías
 
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12:31)
Que Dios te bendiga.
 
 
NUEVAS HISTORIAS
 
 COMO AMAR A LOS ADULTOS MAYORES

 
DÉJALO HABLAR..... Porque hay en su pasado un tesoro lleno de verdad, de belleza y de bien.
DÉJALO VENCER..... en las discusiones, porque tiene necesidad de sentirse seguro de sí mismo.
DÉJALO IR A VISITAR.... a sus viejos amigos porque entre ellos se siente revivir.
DÉJALO CONTAR.... sus historias repetidas, porque se siente feliz cuando lo escuchamos.
DÉJALO VIVIR.... entre las cosas que ha amado, porque sufre, al sentir que le arrancamos pedazos de su vida.
DÉJALO GRITAR.... cuando se ha equivocado, porque los ancianos como los niños, tienen derecho a la comprensión.
DÉJALO TOMAR UN PUESTO.... en el automóvil de la familia cuando van de vacaciones, porque el año próximo tendrás remordimientos de conciencia si el abuelito ya no existe.
DÉJALO ENVEJECER.... con el mismo paciente amor con que dejas crecer a tus hijos, porque todo es parte de la naturaleza.
DÉJALO ORAR... como él sabe; como él quiere, porque el adulto mayor descubre su divinidad en el camino que le falta recorrer.
DÉJALO MORIR...... entre brazos llenos de piedad, porque el Amor de los hermanos sobre la tierra, nos hace presentir mejor el torrente infinito de amor del universo.
 
"Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12:31)
Que Dios te bendiga.
 
 
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