domingo, 24 de abril de 2011

DIARIO DE MARGARITA- MENSAJE DEL AMOR MISERICORDIOSO




10 de Abril de 1977

¡CRISTO HA RESUCITADO!

DOMINGO DE PASCUA


Margarita: ¡Pascua! Es el día de la Alegría y de Esperanza para los hijos de Dios!
Mi pobre corazón espera que no se transforme en día de maldición para los Rebeldes al verdadero Amor.
O, Dios mío, abre sus oídos despiadadamente cerrados a Tu llamada.
Yo sé que Tú quedarás prisionero de la Cruz hasta el fin de los siglos. Sé también que cada día pesará más  sobre este mundo ingrato hasta aplastarlo bajo su peso. Un día Tú me dijiste:
Todo lo que no es Amor es y será sufrimiento para ti.
Cada año que pasa ve en mí esta alegría de la Resurrección, esta inmensa tristeza de haberte visto sufrir en vano para tantas almas. Y tú te obstinas en amar, enseñar, prometer la Vida Eterna a los que Te seguirán a los que te amarán más que a ellos mismos. Ante el horror de los escándalos de los sacrilegios, Tú no retrocedes. Tú te acercas a las llagas de este siglo desgraciado para vendarlas con tu Amor Misericordioso!
Divino médico de los cuerpos y de las almas, el contacto del sufrimiento humano no endurece Tu Corazón de Amor, sino que le hace más compasivo para curar la horrible lepra del pecado que destroza el mundo de las almas.
Jesús, Tú no me has acostumbrado a hablar tan duramente.

J- Porque desde hace mucho tiempo los hombres se han pasado de la raya; y esto no es más que un desbordamiento de Mi amargura.
Las almas santas esperan sin temor mi intervención; ¡las demás la ignoran! Ahí donde me respetan, allí me aman. Allí donde están conscientes de encontrarse delante de su Rey, allí me veneran.
Allí donde están conscientes de encontrarse delante del Padre Todopoderoso, allí nacen la confianza y el temor de Su Autoridad de Padre.
Y el Amor inspira todo el obrar del cristiano, del servidor y del niño.

Margarita- Señor, acordándome de las gracias que Tú me has concedido al volver a vivir contigo tu dolorosa Pasión, acordándome de la alegría de la Resurrección, mi corazón debería de estremecerse de alegría.
Y Tú Dios mío, en tu  alma herida de muerte por el pecado de los hombres, y a pesar de todo, radiante en la Gloria del Cielo por Tu Gloriosa Resurrección, ¿qué sientes? ¿Esta renovación de Tu Pasión alcanzó su meta?: Salvar las almas, todas las almas! O bien causó en Ti, mi Amado, un sufrimiento más vivo frente a la indiferencia de los pueblos?
Ellos no quieren participar en su rescate, se acuerdan de que están en la tierra como si fuera para la eternidad, olvidan que son polvo y que un día tarde o temprano, ¡volverán a serlo! 


Mensaje del Amor Misericordioso - TOMO 2 - Pág. 98 - 99 - LAP Argentina.
















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