MENSAJE DEL 4 DE MAYO DE 1992
Margarita: El ejemplo debe venir desde arriba. No está prohibido ahondar en el ejemplo de los que nos precedieron, marcados del signo de Redención.
Cada alma es un Universo para Dios. Para Él es como si estuviera sola en el mundo.
Puede hacer de ella un firmamento de mundos distintos los unos de los otros, con sus zonas de luz y de sombra, un sol naciente o la belleza de una puesta de sol, resplandeciente a través del follaje de los bosques y de las malezas, dejando pasar sus rayos multicolores que van menguando hasta dejar el sitio a una hermosa noche estrellada.
En resumen, toda vida es verdaderamente un eterno volver a empezar.
Jesús- Cuando se haya cumplido el tiempo dado al enemigo, los hombres se encontrarán, se reconocerán y se amarán en la transparencia de la luz alumbrando las naciones.
Pero si el Amor se revela impotente en conmover a los corazones, entonces sí, vendré, pero Yo te lo digo, este día no se parecerá a ningún otro día. La tierra entera temblará de espanto. Visitaré cada país, cada región, encabezando una Legión de Ángeles y una Legión de pequeños. Daré orden de no tocar a ninguno de sus cabellos, pues estos hijos me han dado su corazón y la fe en mi Amor. Sin embargo no puedo prometer que ninguno de ellos será alcanzado. Serán los pequeños corredentores apaciaguando la Ira de mi Padre, que verá en cada uno de ellos al Hijo Amado que dio ya una vez al mundo para salvarlo. Y mi Padre los amará y los recibirá en su Reino. Cuando Yo vuelva en la Gloria, será el fin del reino de Satanás.
Margarita- Señor, ¿veré yo este día?
Jesús- Nadie puede decir ni el día ni la hora.
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