¿Cómo puedo pensar que nadie me tiene en cuenta, que nadie valora
mis esfuerzos si están allí esos ojos buenos?
Quiero darte gracias Señor mío, por tu mirada, porque nadie sabe
mirarme así.
Porque ante tu mirada solo puedo encontrar un estímulo para ser
mejor.
Gracias, porque todo lo que se escapa a la mirada del mundo, está
claro ante tus ojos compasivos, ante esos ojos que pueden
descubrir una flor en medio de mi desierto de miserias.
MÍRAME SEÑOR CON ESOS OJOS. Amén.*
S.B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario