PERDON
La compasión, cuando hemos sido lastimados o perjudicados, exige un ejercicio de perdón. Cuando no logramos dar el paso liberador del perdón, no habrá ejercicios ni técnicas que nos permitan sentirnos realmente bien.
Cuando hemos vivido una situación que nos ha entristecido de tal manera que no podemos dejar de recordarla, y vienen a nuestra mente las palabras que nos dijeron, el modo como alguien nos miró, la sonrisa burlona de otro que nos lastimó con su ironía. Entonces conviene detenerse y frenar el pensamiento y la mente.
Está bien que tomemos consciencia de ese residuo de resentimiento que se ha apoderado de nosotros, pero no conviene detenerse mucho tiempo en esa amargura interior porque así corremos el riesgo de alimentarla, Es mejor perdonar.
Pero si nuestro interior está demasiado alterado e irritado, antes de intentar perdonar conviene distraerse un poco y relajarse.
Comer un trozo de chocolate, visitar a un amigo querido, escuchar una canción que nos embargue, etc.
Cuando, después de unas horas, hayamos recuperado cierta armonía, entonces sí podemos enfrentar lo que nos sucedió, e intentar quitarle importancia a lo sucedido, para llegar a dar el paso del perdón...
"Claves para vivir en plenitud"- Pág.134 - Editorial San Pablo - Bs As.
No hay comentarios:
Publicar un comentario