SAN JUAN DE LA CRUZ
Al descender esta noche, recuérdame otra vez,
que el alma que anda en amor no cansa, ni se cansa.
No siempre me es fácil llegar a este momento de quietud,
y pensar sólo en Ti.
A veces preferiría pensar en cualquier otra cosa
menos en Ti, Señor.
La pereza se apodera de mi alma, y siento
que arrastro mis pies.
Ahonda mi deseo de estar a solas, con atención
amorosa a tu presencia, en paz interior, quietud
y descanso, sin necesidad de buscar consuelo
en las imágenes y oraciones
que alguna vez pudieron haberme servido,
pero que ya no son necesarias.
Desciende ahora sobre mi alma
como un río de paz, para librarme
de mi incertidumbre, de mi
miedo a la noche.
(almas_peq)
No hay comentarios:
Publicar un comentario