miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL CORAZÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN



El Corazón de la Madre de Dios es el primer corazón humano consagrado plenamente a Dios en plenitud, lo integra en sí mismo, y lo proyecta sin deformación alguna, comunicándolo a la humanidad.
El Corazón Inmaculado de María, centro de su interioridad, expresa el amor materno - filial perfecto querido por Dios para los hombres. Ese Corazón es un regalo de Dios a la humanidad, capaz de latir al ritmo del amor Salvador de Dios. Ese Corazón tomado como centro de nuestra Madre es, volvemos a recordar, el que impulsó los latidos del propio corazón del Hijo de Dios en la Tierra.
La misión fundamental de Cristo es atraer todo hacia Sí , en una palabra, cristificarlo todo. No es difícil comprender cómo esa acción cristificadora es plena y directa en María, su Santísima Madre. 
Es su acción más inmediata puesto que El está dentro mismo de sus entrañas. Engendrar, dar vida, tenerlo dentro de Sí nueve meses y darlo al mundo mediante su maternidad Divina, es incuestionablemente un don de Dios. María comparte con los apóstoles Pentecostés, la creación y la vida de la Iglesia primitiva, de las primeras comunidades Cristianas, o sea el nacimiento del Cristianismo en el mundo. Todo esto es un signo de cristificación.
María es dentro del Cuerpo Místico de Cristo el miembro eminente. Está dentro de El en cuerpo y alma como lo atestigua su Asunción a los Cielos. Podemos decir que es el primer Corazón cristificado que late al ritmo de la Redención, del Cristo Redentor. Es un lugar crístico y por lo tanto con una acción santificadora de conversión.




Sabemos también, que el corazón está relacionado con el ejercicio de la afectividad, con nuestra capacidad de amar. Entonces cuando hacemos mención en este sentido al Corazón de María, estamos refiriéndonos nada menos que al mundo afectivo, al mundo pleno de su amor, cuyo acceso ha sido abierto para nosotros por Cristo mismo en un plano sobrenatural.
Ese Amor de María, plenificado en la fe, se manifestó en su consentimiento para la encarnación del Verbo, y en su compasión, aceptando, sufriendo y acompañando al Redentor en un acto pleno de amor heroico.
Y ese mismo consentimiento se repite, al aceptar como hijos de su Corazón sufriente, la maternidad de los hombres pecadores. Podemos decir entonces, que el Corazón de María debe ser visto también desde un punto de vista existencial, porque está relacionado natural y sobrenaturalmente a toda la existencia de la Santísima Virgen, incluyendo su realidad de hoy y la escatológica.
Las realidades últimas reveladas por San Juan en el Apocalipsis nos lo muestran como la"Mujer vestida de sol" venciendo al demonio junto a los ángeles.




San Luis María Grignon de Monfort la anuncia proféticamente, diciendo que intervendrá activamente en la segunda venida del Señor como lo hizo en la primera, aunque de muy distinta manera.
Ese corazón es una obra perfecta de la Santísima Trinidad creado para colaborar en la Redención del género humano desde el comienzo al fin.
Nosotros no somos  sus hijos de su vientre sino de su Corazón.
Posiblemente todas estas apreciaciones y relaciones hayan ayudado a vislumbrar, desde las lejanías de nuestra pequeñez, la grandiosidad del Corazón Inmaculado de María.-






Fuente: "La Consagración al Inmaculado Corazón de María" - Dinorah B. de Baraldo Victorica.- Editorial Claretiana (9-10)

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