-TENER EN CUENTA A LOS DEMÁS E INCORPORARLOS A NUESTRA EXISTENCIA.
No habrá verdadera armonía en nuestras vidas si no estamos en armonía con la gente, reconciliados con los demás, si no dejamos de resistirnos ante ellos, si no nos <<aflojamos>> en el trato con los otros.
Es necesario mejorar nuestras relaciones con los demás, ejercitándonos para vivir una verdadera compasión que nos haga sentir íntimamente unidos a todos, procurando su felicidad, sin agredirlos ni dominarlos.
Si el individuo es incapaz de compartir sus cargas, al hallarse sin relaciones con los otros , el mismo experimenta de lleno el impacto de la soledad y la falta de armonía en sí mismo.
Es un grave error en pensar que la vida se beneficia solamente con la meditación o con el encuentro con la naturaleza y las relaciones con el otro, en el servicio al otro.
La vida también se llena de energía, se restaura, en un sano encuentro con los demás, con el corazón puesto en ellos. Porque estamos hechos para el encuentro. No fuimos creados para el aislamiento. Las mejores energías de la persona no se activan cuando se encierra en sí misma, sino cuando aprende a salir de sí misma hacia los demás.
Claramente enseña la Biblia que <<si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano es un mentiroso>> (lJn 4,20). También enseña la palabra de Dios que <<Satanás se disfraza de ángel de luz>>(2Cor11,14). Porque a veces escondemos un profundo egoísmo bajo el manto de la espiritualidad o del "bienestar espiritual", pero eso no es más que un terrible "egoísmo relajado".
Ese aislamiento no nos lleva a encontrarnos mejor a nosotros mismos; al contrario, produce <<una cierta desconexión con uno mismo, por carecer de marcos de referencia, a partir de los cuales el sujeto puede identificarse como persona con ideas y sentimientos propios y distintos de los demás.
Los que confunden la verdadera y sana soledad con el aislamiento egoísta y autosuficiente <<acaban por atrofiar sus capacidades de expansión personal>>
Está demostrado que un mundo de relaciones rico y variado, si se sabe vivir bien, es mucho más sano que el aislamiento.(...)
Fuente: "Claves para vivir en plenitud" - Editorial San Pablo - (123-124)
No habrá verdadera armonía en nuestras vidas si no estamos en armonía con la gente, reconciliados con los demás, si no dejamos de resistirnos ante ellos, si no nos <<aflojamos>> en el trato con los otros.
Es necesario mejorar nuestras relaciones con los demás, ejercitándonos para vivir una verdadera compasión que nos haga sentir íntimamente unidos a todos, procurando su felicidad, sin agredirlos ni dominarlos.
Si el individuo es incapaz de compartir sus cargas, al hallarse sin relaciones con los otros , el mismo experimenta de lleno el impacto de la soledad y la falta de armonía en sí mismo.
Es un grave error en pensar que la vida se beneficia solamente con la meditación o con el encuentro con la naturaleza y las relaciones con el otro, en el servicio al otro.
La vida también se llena de energía, se restaura, en un sano encuentro con los demás, con el corazón puesto en ellos. Porque estamos hechos para el encuentro. No fuimos creados para el aislamiento. Las mejores energías de la persona no se activan cuando se encierra en sí misma, sino cuando aprende a salir de sí misma hacia los demás.
Claramente enseña la Biblia que <<si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano es un mentiroso>> (lJn 4,20). También enseña la palabra de Dios que <<Satanás se disfraza de ángel de luz>>(2Cor11,14). Porque a veces escondemos un profundo egoísmo bajo el manto de la espiritualidad o del "bienestar espiritual", pero eso no es más que un terrible "egoísmo relajado".
![]() |
Soledad |
Los que confunden la verdadera y sana soledad con el aislamiento egoísta y autosuficiente <<acaban por atrofiar sus capacidades de expansión personal>>
Está demostrado que un mundo de relaciones rico y variado, si se sabe vivir bien, es mucho más sano que el aislamiento.(...)
Fuente: "Claves para vivir en plenitud" - Editorial San Pablo - (123-124)
No hay comentarios:
Publicar un comentario