miércoles, 8 de febrero de 2012

Den también gratuitamente...


11. ENTREGARME COMO INSTRUMENTO

"Jesús dio los panes a los discípulos, 
y los discípulos a la gente".
(Mt 14,19)

"Ustedes recibieron gratuitamente, 
den también gratuitamente".
(Mt 10.8)

El Señor quiere hacer muchas cosas buenas en el mundo: saciar a los hambrientos, consolar a los tristes, reconciliar a los enemistados. Pero normalmente Dios hace esas cosas a través de nosotros. Él es infinitamente poderoso, pero ha querido necesitar de nosotros para resolver los problemas del mundo. Por eso es tan importante que cada uno cumpla bien con su misión.
Si realmente nos preocupan los problemas del mundo y las angustias de los hermanos, podemos ofrecernos a Dios cada día para que Él nos tome como instrumentos. Entonces Él podrá hacer muchas cosas buenas a través de nosotros, derramará bendiciones, producirá cambios importantes.
Pero ser instrumentos de Dios no significa que seamos pasivos, porque Él nos ha regalado la inteligencia y muchas capacidades para que las utilicemos ingeniosamente. Un verdadero instrumento de Dios es activo y creativo, se las ingenia para resolver los problemas y para producir algo bello.



Pero seremos verdaderos instrumentos de Dios si realmente nos preocupa el bien de los demás. Si nuestro corazón es indiferente y en realidad no nos interesan sinceramente los problemas ajenos, entonces no podemos esperar ni pedir que Dios cambie las cosas.
Sólo trataremos de hacer cosas grandes para alimentar nuestro orgullo. Mejor pidamos la ayuda de Dios e intentemos cambiar nuestro corazón y nuestras actitudes, porque si nuestro corazón  no es sincero, Dios no podrá utilizarnos como instrumentos y finalmente nos sentiremos inútiles y egoístas, porque "É escapa del engaño y se aleja de los pensamientos vacíos" (Sab 1,5) 




ORACION

*Señor, mira mi corazón,
Tú sabes que a veces
*pierdo el entusiasmo
porque a mi corazón
*le falta generosidad.
Sensibilidad  frente al mal ajeno
*y estoy demasiado pendiente
de mí mismo. Y a veces me desanimo
*porque no recibo elogios
o no veo los frutos de mis esfuerzos.
*Dame un corazón más generoso,
para que realmente me interese
*la felicidad de la gente,
para que de verdad me duelan
*los problemas ajenos y no solamente
los míos. Así pondré toda mi pasión
*para ayudar a los demás y volveré
a entregarme con entusiasmo.
*Tómame Señor,
utilízame para derramar tu poder
*y tu Luz en  el mundo.
Amén.*



"Cómo empezar un buen día"- Víctor Manuel Fernández - Ediciones Paulinas (47-48-49-50)

(almas_peq)

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