martes, 6 de marzo de 2012

"YO ESTARÉ CON USTEDES HASTA EL FIN DEL MUNDO"


Mensaje de Su Santidad Juan Pablo II para la cuaresma de 2000.


Hermanos y Hermanas:


1- La celebración de la Cuaresma,representa el punto culminante del camino de conversión y reconciliación, es un medio muy importante para renovar la propia adhesión a Cristo y anunciar, con renovador ardor, su misterio de salvación. 
La Cuaresma ayuda a los cristianos a penetrar con mayor profundidad en este "misterio escondido desde siglos"(Ef. 3,9)los lleva a confrontarse con la Palabra del Dios vivo y les pide renunciar al propio egoísmo para acoger la acción salvífica del Espíritu Santo.


2- Estábamos muertos por el pecado (cf.Ef 2,5); así es como San Pablo describe la situación del hombre sin Cristo. Por eso el Hijo de Dios quiso unirse a la naturaleza humana y, de este modo, rescatarla de la esclavitud del pecado y de la muerte.






3- Ante la oscuridad del pecado y ante la imposibilidd de que el hombre se libere por sí solo de él, aparece en todo su esplendor la obra salvífica de Cristo Jesús. a quien constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre"
Cristo ha compartido la existencia humana "hasta la muerte y muerte de Cruz"(Flp 2,8) Así la redención realizada en la cruz renueva el universo y opera la reconciliación entre Dios y el hombre y entre los hombres entre sí.


Con ocasión de la Cuaresma se invita a todos -ricos y pobres- a hacer generosas obras de caridad.


"Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo"


Jesús nos invita en esta cuaresma a volver al Padre que nos espera con los brazos abiertos para transformarnos en signos vivos y eficaces de su amor misericordioso


A María, Madre de todo los que sufren y Madre de la Divina  Misericordia, confiamos nuestros propósitos e intenciones que ella sea la estrella que nos ilumine en el camino del nuevo año litúrgico.


Con estos deseos, invoco sobre todos la bendición de Dios, uno y trino, principio y fin de todas las cosas, a Él "hasta el fin del mundo"
"Por Cristo, con Él y en Él, a ti Dios Padre omnipotente, en la unidad del espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén". (Juan Pàblo II - Fragmentos)










                                                                         (   Joannus Paulus II)

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