miércoles, 16 de mayo de 2012

TOMA CONCIENCIA... Y SÁNATE...



Cuando hay una dificultad a la que nos debemos enfrentar o cuando faltan algunos días para que tengamos que sostener una entrevista difícil, es muy probable que nos inquietemos y recordemos permanentemente ese trance que nos aguarda. Este temor, ese nudo en la garganta, provocan un daño interior inútil. Es cierto que podemos mitigarlo distrayéndonos con música, deporte, etc. Pero lo más útil es detenerse a percibir a fondo y con la mayor exactitud eso que estamos sintiendo: indignación, miedo al fracaso, vergüenza, o lo que sea. Ese estado de ánimo es inútil. Al ponerle un nombre reconocemos que es una tontería sentir eso, y que no sirve para nada. Entonces, comienza a desvanecerse. 






Vale la pena que leamos un texto de un monje cristiano de la Edad Media, en el que invitaba a prestar esta atención detenida a los enemigos interiores que suelen apoderarse del alma en medio de la oración.


<<Entro decidido con espíritu enojado y amargado en el edificio oscuro de mi conciencia, para aclarar, por fin, de dónde provienen estas tinieblas, esta sombra abominable que me separa de la luz de mi corazón... Pero entonces me asalta una ola de pensamientos totalmente indisciplinados, abigarrados y confusos, que el corazón del hombre que los ha provocado no puede ni ordenar ni aclarar. Mientras tanto, permanezco tenaz, firme y me siento en una silla, como si quisiera sentarme para juzgarlos. Les mando que se presenten delante de mí uno a uno, para verles claramente la cara y advertir la importancia que tiene cada uno de ellos, a fin de asignar también a cada uno el puesto que le corresponde en mi casa>> (Guillermo de Saint-Thierry, Meditativae Orationes 9: PL180, 232-233).


No vale la pena alimentar esos estados de ánimo negativos. Pero cuando un dolor persiste y tenemos que convivir con él, no conviene detenerse siempre a tomar conciencia de él, sino más bien aceptar que ese dolor existe, tomarlo como una parte de nuestra vida y prestar atención a otras cosas.
En lugar de pensar en lo desagradable, es mejor llenar la mente y el corazón con lo bueno.*


Fuente: "Claves para vivir en plenitud - Ediciones San Pablo - Bs. As. (101-102)




almas_peq

No hay comentarios:

Publicar un comentario