jueves, 14 de junio de 2012

FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE LA VIRGEN MARÍA


16 de Junio



María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un Corazón que arde  de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sentido del dolor-alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad.

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y Sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi.


Santa María Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos por su profunda pureza en el auténtico sentido. María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios.
Ella que todo lo atesoraba y meditaba en su Corazón, nos invita a esforzarnos en conocer a nuestro propio corazón o sea la realidad profunda de nuestro ser, aquél misterioso núcleo donde se encuentra la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.







ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA.


"Oh, Virgen mía, oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.


Quiero ser como tu quieres que sea
hacer lo que tu quieres que haga,
no temo, pues siempre estás conmigo.
Ayúdame a amar a tu Hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.


Pon mi mano en las tuyas para que esté siempre contigo."




Fuente: ACI Prensa Católica

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