viernes, 22 de junio de 2012

"VANIDAD DE VANIDADES..."

<Aleja la tristeza de tu corazón y aparta de tu carne el sufrimiento, porque la mocedad y la juventud son vanidad y acuérdate de tu creador en los día de tu juventud, antes que vengan los días malos y que lleguen los años de los que tú dirás: "No encuentro placer en ellos"; antes que se oscurezca el sol y la luz...> (Qo 11, 10, 12-21)


En este texto cabe precisar el significado exacto de la expresión hebrea  hébel (vanidad), que no tenía un sentido despectivo. Adquirió este matiz en la traducción griega -pero sobre todo en la traducción latina "vanitas", de donde proviene la traducción española "vanidad".
Ese sentido despectivo fue reforzado por la interpretación de Tomás de Kempis, que comienza su Imitación de Cristo diciendo: <Vanidad de vanidades, todo es vanidad>, y lo interpreta así: <Esta es la suma sabiduría, tender al Reino celeste despreciando el mundo>
 En realidad la expresión hebrea hébel no indicaba la negatividad de lo terreno, ni invitaba a despreciarlo. solamente expresaba la "fugacidad" de las cosas terrenas.
En el Eclesiastés se invita a la juventud a vivirla intensamente, a no desperdiciarla porque no podré aferrarla, me detengo en ella mientras la tengo.




El Eclesiastés se concentra en la valoración y en el gozo de lo que se tiene entre manos, antes que se esfume, precisamente porque ese momento de gozo es don divino, viene de las manos de Dios. Y ante el Dios que se dona la primera respuesta no puede ser la renuncia, sino la aceptación gozosa y agradecida de sus dones.
Pero la persona que actúa proyectándose con su mente siempre hacia el futuro, que siempre hace algo pensando en lo que viene después, difícilmente puede romper ese ritmo ansioso y vivir un espacio gratuito y distendido. Eso le impide reconocer y disfrutar los dones de Dios en el presente.Por eso la obsesión por el futuro es rechazada por la sabiduría bíblica: <Vosotros, los que decís: "Hoy o mañana iremos a tal ciudad y pasaremos allí el año, negociando y ganando dinero". Vosotros, que no sabéis qué pasará mañana. ¿Qué es vuestra vida? ¡Sois humo que aparece un instante y luego se disipa!> (Sant 4,13-14)




La actitud de estar presente en el aquí y ahora indica una buena integración entre lo corpóreo y lo mental, porque es el cuerpo el que nos hace estar aquí y no en otra parte. La mente acelerada, que nos lleva siempre más adelante que nos saca del presente para pensar en el futuro, en lo que viene después, en lo que todavía no alcanzamos, en lo que hay que hacer luego, enferma al cuerpo con esa tensión. 


El cuerpo deja de ser <<viviente>> para convertirse en un <<objeto sobre el cual se habla y se lamenta>>. Ese cuerpo suele ser olvidado y expuesto a tremendas tensiones, con lo cual es la vida misma la que se olvida,y se nos escapa...








Fuente: "Claves para vivir en plenitud"- V.Manuel Fernández - Edit.San Pablo - Argentina. (54-55-56)


(almas_peq)

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