miércoles, 29 de agosto de 2012

PERTURBACIÓN QUE SE CURA.


La perturbación básica es el temor defensivo, el miedo a desgastarse, a ser absorbido y a sufrir. Es una sensación de debilidad frente a los desafíos y agresiones, que nos lleva a llenarnos de tensiones ante cualquier peligro o ante cualquier cosa que pueda quitarnos nuestras seguridades.
Se cura cuando logramos <<dejar de resistirnos a la vida en movimiento>>.
Muchas depresiones tienen que ver también con una gran resistencia interior ante el mundo externo. La persona que se siente frágil, con una baja autoestima, termina escapando de todo lo externo, porque siente que ya no tiene fuerzas para enfrentarlo, ya no lo soporta. Esto hace que se produzca un desarrollo enfermizo del mundo de los pensamientos y que la persona pierda contacto con el mundo externo, porque lo siente como su enemigo. Entonces se enferma.Si no queremos entrar en un proceso de deterioro tendremos que aprender a dejar de resistirnos ante la vida, de manera que nuestro corazón no se llene de enemigos: <<Si tu vecino te desagrada, lo transformas en tu enemigo. El problema no está en él, sino en ti. Y cuanto más te resistas, más lo sentirás como enemigo (...)
Si no te gusta este día gris, triste y oscuro, este día es tu enemigo. Si te molesta la tos de quien está a tu lado, la voz de un vecino, la manera de caminar de aquel, la mirada de otro, este ruido, aquella temperatura, esta actitud, aquella reacción..., tu alma acaba convirtiéndose en una ciudadela rodeada de enemigos por todas partes>> (Del sufrimiento a la paz - Larrañaga- Madrid 2001)





Fuente: Claves para vivir en plenitud- (78-79)-Edic. San Pablo.-

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