martes, 25 de diciembre de 2012

MEDITACIÓN DIARIA.

NACIMIENTO DE CRISTO, ES MI NACIMIENTO.



El nacimiento de Jesucristo en Belén, es nuestro propio nacimiento a la vida celestial.
El chiquitín ha venido en medio de la noche callada.. En un silencio total. En una soledad absoluta. En medio de tanta pobreza y humildad, están gozando como no han disfrutado hasta ahora nadie en el mundo.
A este Jesús, le felicitamos de corazón. ¡Cumpleaños feliz! ¡Por años!, y por siglos eternos...
El Papa San León Magno, con su elegancia de siempre dice también: -¿Sólo el nacimiento del Redentor? ¡También nuestro propio nacimiento! El nacimiento de Cristo es el nacimiento de todo el pueblo cristiano, es decir que cada uno de los cristianos nace en este nacimiento de hoy.

Una familia de Viena, a mitades del siglo XVIII celebró la Navidad de una manera singular.
Apenas la esposa sentía los primeros síntomas, el esposo sacaba del armario los cirios de los niños anteriores y quedaban prendidos durante todo el rato que se prolongaba la función augusta del alumbramiento. Los cirios correspondían a los ángeles custodios de los hijos anteriores que velaban este momento solemne. Cuando había llegado el bebé, se apagaban los cirios y se guardaban hasta que viniese otro vástago al hogar. En esta Navidad se prendieron nueve cirios. El primero se había hecho bastante corto, pues había alumbrado la estancia muchas veces anteriores.
El más alto, el prendido por primera vez, correspondía a Clemente, el Niño que venía entre las alegrías Navideñas bautizado a las pocas horas, y conocido hoy en la Iglesia como San Clemente María Hofboner...
Este niño que iba a ser un gran santo, es el símbolo de la realidad que se repite tantas vece en las familias cristiana.
Con nuestra venida al mundo en el seno de la iglesia, al recibir el Bautismo, repetimos todo lo hecho en Belén.
Cristo nace en un nuevo cristiano. Jesús y nosotros celebramos nuestro cumpleaños en el mismo día...

¡Felicidades a Todos!  ¡Felicidades!
Que repitamos este cumpleaños de Jesús y el nuestro por muchas Navidades más.*


  1. Pedro García, misionero Claretiano.

Fuente: Catholic.net

(almas_peq)


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