viernes, 11 de enero de 2013

APARTA TU VISTA DE TU PECADO...



El pasado ha quedado atrás, como pasado, y no debe atarnos ni impedir el inicio de nuevos vuelos.
Duele haber cometido un pecado. Duele de un modo muy intenso cuando además, hemos herido a otro: a un familiar, a un amigo, a una persona que confió en nosotros.
Duele, porque cada pecado implica debilidad, cobardía,soberbia,pereza, esa autosuficiencia maldita que nos hizo olvidar nuestra pequeñez y nuestra bajeza. Duele especialmente porque hemos ofendido a un Dios tan bueno, tan cercano, que es Creador y, sobretodo, que es Padre.

Es cierto que Dios nos ha dado fuerzas para pedir perdón. Hemos buscado a un sacerdote, con humildad, y le presentamos el pecado.
Desde entonces, sabemos que Dios nos perdona, que tras la absolución la vida empieza de nuevo. Pero...
Adentro quedaba una pena, volvíamos una y otra vez al recuerdo de aquella falta. Un extraño gusanillo interior nos carcomía, nos dejaba intranquilos.
Pero es también, cuando Dios nos quisiera decir: "Si ya te he perdonado, ¿por qué sufres? ¿Por qué estás tanto tiempo recordando algo que Yo he olvidado?

Tenemos que abrir el corazón, serenamente y con alegría, saber que Dios no lleva un registro indeleble sobre nuestras faltas. El pasado quedó atrás y no debemos atarnos a él.
Vivimos un presente magnífico, en el tiempo de misericordia. "No te condeno", nos repite Cristo como a la mujer adúltera. No mires tu pecado, mírame más bien a Mi Corazón amante, que te quiere con locura, que te desea paz y alegría, vida verdadera, misericordia eterna. Que te quiere en casa, en fiesta, como hijo amado".

P. Fernando Pascual L.C.



Catholic.net

(almas_peq)

No hay comentarios:

Publicar un comentario