martes, 14 de mayo de 2013

¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?



Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Espíritu Santo es la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad". Es decir habiendo un solo Dios, existen en El tres personas distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta verdad hasido revelada por Jesús en su Evangelio.
El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo de la historia hasta su consumación; pero es en los últimos tiempos, inaugurados con la Encarnación, cuando el Espíritu se revela y nos es dado, cuando es reconocido y acogido como persona. El Señor Jesús nos lo presenta y se refiere a El no como una potencia impersonal, sino como una Persona diferente, con un obrar propio y un carácter personal.

EL ESPÍRITU SANTO, EL DON DE DIOS.

"Dios es Amor" (Jn 4, 8-16) y el Amor que es el primer Don contiene todos los demás. Este Amor lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado"(Rom.5,5)

- El primer efecto del Espíritu Santo, es la remisión de nuestros pecados. Por el Espíritu Santo podemos decir que Jesús es el Señor, es decir para entrar en contacto con Cristo, es necesario haber sido atraído por el Espíritu Santo.

- El Paráclito, Palabra del griego "parakletos", súplica, significa "aquél que es invocado", abogado, el mediador, el defensor y el consolador. Además el Paráclito continúa haciendo operante la Redención con la que Cristo nos libró del pecado y de la muerte eterna.

- El Espíritu de la Verdad: El Paráclito es la Verdad. Como lo es Cristo. Es el Espíritu Santo quien hace posible  la Verdad acerca de Dios, del hombre y su destino, llegando hasta nuestros días sin alteraciones.



ORACIÓN

Oh, Dios que has unido las Naciones
en la confesión de tu nombre,
concédenos que los que han renacido
por el bautismo, tengan la misma
fe en sus corazones y la misma
piedad en sus acciones.

Oh, Dios que enviaste el Espíritu Santo
a los Apóstoles, oye las oraciones
de tus fieles para que gocen de la
verdadera paz, quienes por tu gracia,
han recibido el don de la verdadera Fe.
Te suplicamos, oh, Dios, que tu Santo
Espíritu, encienda en nuestros corazones
esa llama que Cristo trajo a la tierra
y deseó ardientemente fuera encendida.

Inflama, oh, Señor, nuestros corazones
con el fuego del espíritu Santo, para que
te sirvamos castos de cuerpo y limpios
 de corazón. Enriquece Señor, muchos
corazones derramando con plenitud tu 
Santo Espíritu por cuya sabiduría
fuimos creados y por cuya  providencia
somos gobernados.

Te suplicamos, oh, Dios Todopoderoso
y Eterno que tu Santo Espíritu  nos
defienda y habite en nuestras almas,
para que al fin, seamos los templos de
su Gloria.

Te pedimos Señor, que según la promesa
de tu Hijo, el Espíritu Santo nos lleva
al conocimiento pleno de toda la verdad
 revelada.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.


(Devocionario . com)
ACI Prensa

(almas_peq)

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