jueves, 28 de abril de 2011

LA VIDA UN DON PARA NO DESPERDICIAR


¡ Cuántas formas de vida nos rodean, cuánta energía vital emerge continuamente del seno del Padre para derramarse sobre la tierra y generar, generar, generar...! Un movimiento continuo que no se puede detener porque Dios es una fuente de vida abierta eternamente.


La observamos fugaz en una flor, o secular en los árboles, que asisten inmóviles al cambio generacional mientras ellos, firmes, perduran a lo largo del tiempo.
Admiramos la vida animal, sorprendente y fascinante en sus variedad de formas entregada al hombre para que él mismo obtenga vida de ella. Pero en estas criaturas la vida comienza y tras un cierto tiempo, corto o largo, acaba. 






En el hombre no es así. La vida es un don gratuito, que una vez esbozado, no se extingue más. Tiene fin aquí en la tierra cuando se completa el proceso del cuerpo, que la acoge al principio para que ella misma asuma rasgos y madure en su propia identidad: pero luego continúa más allá, en esa dimensión escondida en el misterio pero transformada, por revelación, en fundamento de nuestra fe.


Sabemos bien cuanto se ha adentrado, como nunca hasta ahora, el hombre en los secretos de la vida a través del constante progreso técnico y científico. También esto es un don a la vida, que así adquiere calidad y duración. ¿Pero, a qué precio? ¿Y quién paga?




Si somos honestos, sabemos bien la respuesta. Embriones que no llegan a nacer porque son "inadecuados" para ser plantados en úteros que no los han generado, son objeto frecuente de experimentos, o mejor, de pruebas y de inevitables fracasos. El mercado y la manipulación son sus destinos.


Vida desaprovechada, como la de los hijos concebidos sin el deseo de acogerlos y por tanto, cortada de raíz desde su nacimiento para que el "problema" quede eliminado. Astronómicas son las cifras de los abortos provocados cada segundo en el mundo. Un mundo creado para que explote de vida y que, sin embargo, genere muerte continuamente.
Los métodos son cada vez más sofisticados e inmediatos, como la nueva píldora abortiva (RU 486) de la que tanto se discute.



Un fármaco pensado para evitar el trauma de la intervención a la mujer pero que en definitiva, no hace sino anular su conciencia sobre lo que está por acontecer. Las indicaciones especifican, de hecho, que se da una "expulsión de los tejidos embrionarios", pero nadie osa decir nada sobre la vida de esa persona que termina.
Una de las mentiras cómodas, detrás de la cual se esconde quién de la mentira es el príncipe, además de acusador por excelencia. El resultado final es que hay unos que se descargan de la responsabilidad mientras que las mujeres asumen todo el peso, preparando así el terreno a inevitables sentimientos de culpabilidad que no dejarán de hacerse sentir.





25 de Marzo Dia del Niño por Nacer
S.B.

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