MI CRUZ
Me pregunté mil veces, sin respuestas
¿Por qué mi Cruz doblaba mis espaldas?
Hablé con Dios mirando las estrellas
y sollozando dije: ¡es muy pesada!
Dios me hizo ver; con toda su paciencia,
cuanto y por qué yo estaba equivocada
y poco a poco... sin darme cuenta...
de que mi Cruz tornábase liviana.
Vi pasar la miseria tan inmensa...
colgada en los harapos de una anciana
vi a una joven muriendo de tristeza;
por una enfermedad que la acosaba.
Una inválida sola e indefensa
en su silla de ruedas... vegetaba.
Y una madre con toda su entereza,
con sus hijos deficientes... paseaba.
Luego miré mis manos... vivas... bellas,
sobre ellas una Cruz se destacaba...
De pronto dijo Dios: Di, cuánto pesa ?
yo le dije: ¡SEÑOR... NO PESA NADA!
Blanca de Varona y Alida Sanvido (colaboración)


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