LLEVANDO LA CRUZ
El cuerpo le va delante.
La sombra le sigue atrás.
Sus heridas manchan de rojo
las calles de la ciudad.
La Cruz le pesa, tropieza y cae,
su pobre físico no le da más:
¿Padre por qué me abandonas
si a nadie le hecho mal?
Sabe que el destino es ese
y no lo puede esquivar.
Que solo así salvará el mundo
y al que lo quiera escuchar.
Lo clavaron al madero
y allí la tierra tembló.
Se moría el Rey de Reyes
en lo alto de la Cruz.
Antes de cerrar sus ojos,
su cabeza levantó
y a su padre, en un suspiro
su pobre alma entregó.
Allí moriría el odio
y nacería el Amor.
Elsa Lorences de Llaneza
--
Seamos sencillos en el trato con Dios y con nuestro prójimo, porque Dios ama la sencillez y la sinceridad, y el prójimo también las aprecia. No comulgues nunca en la mano, hazlo siempre en la boca. Y si te es posible de rodillas
HECTOR "EL ERMITAÑO" PEDERNERA
No hay comentarios:
Publicar un comentario