SAN JUAN DE LA CRUZ
Nuestras imágenes de Dios, aun las más hermosas y devotas, aun aquellas que nos mueven a rezar y nos ayudan a alcanzar la caridad, pueden sabotear nuestra subida hacia Dios.
El problema llega cuando empezamos a creer que Dios es como estas imágenes.
En verdad, ellas se encuentran lejos de asemejarse a Dios: "No deberíamos pensar que la naturaleza de Dios es semejante a las imágenes de oro o plata, modeladas por el arte y el ingenio humano"(Hech 17,29)
Las imágenes, meditaciones y consideraciones son como un punto de partida, son medios, pero cuando descansamos en ellas, cuando llegamos a satisfacernos con ellas. nos distraen del término, nos alejan de la única ruta que nos permite subir a la unión con Dios que pretendemos alcanzar. Nos distraen de la fe desnuda.
Piensa en tu subida hacia Dios como en ascender una escalera. No importa cuán cómodo -o cansado- te puedas sentir,
ninguna de las gradas debería ser confundida con el último peldaño.
Tu meta es el reposo espiritual en lo alto de las escaleras. Si al subir no vas dejando cada escalón detrás, por tu deseo de permanecer sobre alguno de ellos, nunca avanzarás.
Ciertamente nunca alcanzarás la cima y la paz que promete aquel sumo descanso y bien que te impulsó a subir el primer escalón.
<<No es tiempo de descansar>>
No temas a la noche - Pág. 124 - Edit. San Pablo - Argentina
(almas_peq)
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