Muchos de los elementos profetizados en Fátima se han realizado y otros están todavía por suceder. Por esta razón, ahora más que nunca, debemos tomar seriamente el llamado a rezar diariamente el Rosario para obtener la paz, paz espiritual, para nuestro mundo emproblematizado.
Estamos llamados a rezar de corazón, desde lo más profundo del alma. Porque estamos unidos al Cuerpo Místico de Cristo, esta oración nos une natural y sobrenaturalmente a los sufrimientos de su Cuerpo. A veces sentiremos el mismo dolor que experimenta el Corazón de nuestro amado Jesús.
A pesar de que El es el Señor resucitado y ascendido, es al mismo tiempo la Cabeza totalmente unida a Su Cuerpo Místico, incluyendo sus miembros en la tierra. La Iglesia está sufriendo en muchos niveles, no sólo por los ataques externos
sino también por los pecados y la deslealtad de sus miembros y todo es místicamente experimentado por la Cabeza del Cuerpo.
La siguiente meditación es digna de nuestra consideración, como un alimento espiritual para el llamado contemporáneo que está frente a nosotros de "completo lo que le falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo que es la Iglesia" (Col 1:24):
"Su dolor es superior a la imaginación. Muchos consagrados están perforando Su Corazón. Mucha doblez en el mundo. El Papa está bajo persecución extrema. Satanás está causando la ruina de gran multitud de almas, pero más almas están respondiendo al llamado de nuestra Santísima madre. Muchas almas han sido salvadas ahora, pero muchas otras se han perdido. Debemos continuar orando por la conversión y reparación.
La Iglesia recibirá pronto una tremenda prueba. Habrá una gran crisis de fe, como la que nunca se ha visto antes. Para poder permanecer firmes debemos mirar a Nuestra madre y rezarle el Rosario, porque aplastará la cabeza de satanás quien causará mucha ruina.
Estamos cerca del final del tiempo de la Misericordia de Nuestro Señor. Aquellos que no crean pronto, no serán capaces de convertirse. Ahora es el tiempo de actuar.
Debemos morir a nosotros mismos para permitir que el Señor reine en nuestros corazones. No tenemos más el lujo del tiempo.Debemos ofrecernos a nosotros mismos como oraciones al Sagrado Corazón de Jesús y al Corazón Inmaculado de María".
"Todo lo que hagamos, digamos y oremos debe ser ofrecido a los dos Corazones .
Si hacemos esto, estaremos protegidos por sus muy preciosos corazones, pero debemos descansar en sus corazones en total y completa confianza".
"El Dogma y el Triunfo" - Mark Miravalle - Págs. 101,102, 103,- Vox Populi Mariae Mediatrici -
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