sábado, 18 de febrero de 2012

María en Nazaret y María en el Cenáculo de Jerusalén.


María, Madre de la Iglesia

María, Madre de la Iglesia

Los apóstoles regresaron entonces del monte de los Olivos a Jerusalén: la distancia entre ambos  sitios es la que está permitida recorrer en día sábado. Cuando llegaron a la ciudad, subieron a la sala donde solían reunirse. Eran Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé, Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el celote y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la Madre de Jesús, y de sus hermanos.(Hech. 1, 12-14)


En este texto clave en la vida de la Iglesia, se nos presenta a la primitiva conformada principalmente por los apóstoles y la Madre de Jesús. Juntos se dedicaban a la oración. Conviene recordar que hacía muy poco que Jesús los había dejado, ascendiendo al cielo y prometiéndoles el envío del Espíritu Santo. Esperando ese momento se reunían en común para compartir la oración. El día de pentecostés, el Espíritu  de Jesús suscita el nacimiento de la Iglesia. La persona que une el nacimiento de Jesús y el nacimiento de la Iglesia  es María: María en Nazaret y María en el cenáculo de Jerusalén
"En ambos casos su presencia discreta, pero esencial, indica el camino del "nacimiento del Espíritu" (Redemptoris Mater, 24)
María, Madre de la Iglesia, como lo anticipan las palabras de Jesús en la Cruz, acompaña el nacimiento y crecimiento de la comunidad de los que siguen a Cristo.
Para la Iglesia que peregrina en la historia, María constituye un modelo extraordinario para su fe y una guía privilegiada para su camino.

María, tan íntimamente ligada al misterio de Cristo, lo está asimismo al misterio de la Iglesia. Ella, la llena del Espíritu Santo, procede a todos los que peregrinan hacia el Padre y los guía en camino seguro. "María es verdaderamente Madre de la Iglesia. Marca al pueblo de Dios. Pablo VI hace suya una concisa fórmula de la tradición: "No se puede hablar de la Iglesia si no está presente maría" (MC 28). Se trata de una presencia femenina que crea el ambiente familiar, la voluntad de acogida, el amor y el respeto por la vida. Es presencia sacramental de los rasgos maternales de Dios. Es una realidd tan hondamente humana que suscita en los creyentes las plegarias de la ternura, del dolor y de la esperanza" (DP 291)

Nuestro pueblo venera a la Virgen y la reconoce como Madre de la Iglesia, en la fe y en la esperanza. Descubre en ella a la primera discípula del Señor, modelo para la vida de la Iglesia y de los hombres. Encuentra en ella la imagen del hombre nuevo, renovado por Cristo y hace de ella una fuente inagotable de vida y compañía segura. Sus palabras y su vida representan el ideal evangelizador para seguir en nuestro continente. "Esta es la hora de María, tiempo de un nuevo Pentecostés que Ella preside con su oración, cuando bajo el influjo del Espíritu Santo, inicia la Iglesia un nuevo tramo en su peregrinar. Que María sea en este camino "Estrella de la evangelización siempre renovada (EN 81)"
(DP 303).



O R A C I Ó N 

Madre de todos nosotros,
queremos colocar en tus manos
el camino de la Iglesia peregrina.
Y confiamos en tu guía
para crecer en el amor.
inunda nuestras acciones
del aliento de vida del Espíritu
y haz que seamos fieles
a los planes del Padre bueno:
construir en este mundo su reino.*


"María, su camino y el nuestro"- Marcelo murúa- Edic. Paulinas -(67 al 69)

(Almas_peq)

No hay comentarios:

Publicar un comentario