domingo, 5 de agosto de 2012

LA ADULTEZ ESPIRITUAL.



La adultez es la capacidad de tratar finalmente con la vida por nosotros mismos, de reverenciar los talentos ajenos y propios. Llegar al final de la vida encerrados en nuestras propias y endebles fronteras es haber hecho una sumamente pequeña contribución a un sumamente pequeño mundo. Siempre que alguien no consigue crecer espiritualmente, el mundo entero es un lugar más triste.
El crecimiento depende de lo que se aprenda de los demás. Y aprender de los demás depende de la humildad, de estar dispuesto a someter esa falsa sensación de poder ilimitado a la experiencia, la visión y el penetrante corazón de otro.
La adultez espiritual es tan real como el desarrollo biológico o la capacidad física. pero la madurez espiritual con demasiada frecuencia es ignorada y confundida con la práctica o la bondad espirituales. Aún peor, la inmadurez espiritual es pasada por alto en el diagnóstico del fracaso profesional, la perturbación social y el colapso psicológico.


Fuente: Doce pasos hacia la libertad interior - Joan Chittister - España
(S.B.)

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