miércoles, 19 de diciembre de 2012

DIEZ SECRETOS DE NAVIDAD PARA UNA SOCIEDAD POST MODERNA.



LAS SIGUIENTES REFLEXIONES SON SOLO UN BOTÓN DE MUESTRA:

1-  El secreto del burro y el buey :LA CALMA

El burro y el buey siempre presentes en los nacimientos tienen un secreto para ofrecernos: la calma.
El burro y el buey simplemente "están". No se mueven. No caminan. No tienen ninguna prisa.
La calma supone saber "estar donde se debe estar en cada momento". Ellos reconocieron en el Niño Jesús a un dueño y amo. No tenían otro lugar mejor donde estar en ese momento. Junto a Dios encontramos siempre la calma, "Ustedes tienen el reloj, nosotros tenemos el tiempo"    decía un viejo beduino a un turista. Aprendamos del burro y del buey a saborear la serena alegría de estar junto a Dios en plena calma.


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2- El secreto de José: LA PROVIDENCIA.

La Navidad es una profunda lección sobre la Providencia de Dios, que lleva nuestras vidas muy al margen de lo previsto y calculado.
Confiar en la Providencia es la actitud más realista.
En la actitud que tuvo José, cuando se dejó llevar por los hechos como se le presentaron.
Nadie tiene control total de su vida, destino o profesión etc., no lo tuvo José, mucho menos nosotros. Dios que ve y actúa más allá de las circunstancias prósperas o adversas, lleva las cosas siempre con el modo que más conviene.




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3- El secreto de los ángeles: LA ESPIRITUALIDAD.

Nuestra sociedad se ha vuelto ca vez más física, en el sentido corporal. Ahora bien, cultivar el cuerpo no tiene nada de malo, el cuerpo es una dimensión esencial de nuestro ser. El filósofo Gabriel Maral dijo: "propiamente no tenemos cuerpo. somos nuestro cuerpo".
Una cosa es cultivar el cuerpo y otra muy diferente es dar culto al cuerpo. El cuerpo no debe ser idolatrado, porquenadie debe idolatrarse a sí mismo. Por más que uno se afane, el tiempo pasa y deja su indeleble huella de desgaste y debilitamiento sobre el cuerpo.
Contra esta tendencia "idolátrica del cuerpo", los ángeles de la Navidad nos revelan su secreto: el de la espiritualidad. .Ellos que son espíritus puros, nos enseñan a valorar la vida espiritual y a saber gozarla. Después de todo el espíritu no envejece: "Cada uno tiene la edad de su corazón" , repetía el Beato Juan Pablo II. Él mismo lo demostraba, a pesar de sus achaques corporales mantuvo un espíritu joven.
El canto de los ángeles  en Navidad nos recuerda que la vida espiritual es siempre bella, emocionante, cualquiera sea la condición del cuerpo. Hay que cultivar el cuerpo y el espíritu, como dice una antigua frase latina "los rasgos del alma siempre serán más bellos que los del cuerpo"


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4- El secreto de María: EL SILENCIO.

Tenemos una sociedad hiper-parlante. Supongo que más que uno habrá ya querido gritar desde algún punto del planeta ¡"Basta, cállense todos"!
María tiene un secreto para nuestra ruidosa sociedad: su silencio. Ella,  la gran protagonista de la navidad que tanto tendría para decir, recordar, guarda silencio, medita. Muy bien se dijo: nada es más solemne que el silencio.
El silencio de María no fue estéril ni superficial. Fue el espacio fecundo para profundizar, reflexionar y contemplar. El silencio tiene "capas". Hay un silencio exterior  que consiste en "apagar" los estímulos sensoriales. Los silencios más profundos son los de la memoria, evitar malos recuerdos y purificar el pasado. Los silencios de la imaginación, para no anticipar las desgracias, los de la susceptibilidad, para "no atar demasiados cabos" y sentirnos víctima de todo el mundo, etc. El silencio es en cualquier caso el guardián del alma.




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5- El secreto del Pueblo judío: LA ESPERANZA

Nuestra sociedad tiende al pesimismo. No sin razón. Basta hojear cualquier periódico para lamentar lo mal que están las cosas.
En el fondo hemos perdido la esperanza, y tal vez eso nos volvió superficiales. La superficialidad es la enfermedad de losa que no esperan nada. Jean Paul Sartre escribió: "La vida es una derrota, nadie sale victorioso, todo el mundo resulta vencido, todo ha ocurrido para mal siempre y la mayor locura del mundo es la esperanza".
Pues precisamente esa locura del mundo, la esperanza, fue por siglos el gran secreto del mundo antes de Cristo; El que lo puso en una sana tensión, en una espera de Dios que no fue defraudada.
La esfera de Cristo ha sido la más grande que el mundo ha tenido y tiene, pues ahora esperamos su segunda venida. La Navidad nos lo recuerda cada año. Es el núcleo del Adviento litúrgico, como diría Lacordaire, la adversidad descubre al alma luces que la prosperidad no llega a percibir.

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6-  El secreto  de las estrellas: LA HUMILDAD.

El glamour en nuestra sociedad equivale a una preocupación excesiva por la buena apariencia, por el look más llamativo.
El glamour está presente en todos los sectores y en todos los casos el objetivo es brillar, impresionar, ser el centro de atención.
A esta sociedad glamorosa, las estrellas de la noche de Navidad tienen un secreto que ofrecerle: el de la Humildad. Las estrellas sólo brillan en la oscuridad. Las estrellas brillan siempre, independientemente de si las miramos o no. Las mira Dios y eso les basta. "No eres más porque te alaben, ni eres menos porque te desprecien; lo que eres a los ojos de Dios, eso eres". (Tomás de Kempis - Siglo XV)

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7- El secreto del pesebre: LA POBREZA.

Una nota novedosa de nuestra sociedad postmoderna  es la ambición. Cierta ambición es legítima. El problema es la ambición que se torna insaciable.
El gran secreto del pesebre fue la pobreza espiritual, el desprendimiento interior. Quizás nunca imaginó, rodando por la pendiente de la humillación, que llegaría a ser el primer sagrario de la historia, después de María.
El pesebre nos recuerda que muchas veces se es más feliz y afortunado siendo menos que más; que el camino de la ambición no lleva a ninguna parte; y que las predilecciones de Dios tienen muy poco que ver con nuestros méritos.

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8- El secreto de los Reyes Magos: LA DOCILIDAD.

Nuestra sociedad presume, con razón, de independencia. Pero una mal entendida libertad puede llegar a ser una pobre autonomía, que raya en la ilusión, en la pérdida de referentes morales y de criterios rectos y claros.
Cuando el hombre deja de tener por referente a Dios, se extravía en un laberinto sin salida. Es aquí donde los reyes Magos tienen un secreto maravilloso que ofrecernos: el de la docilidad a Dios. La docilidad de los Reyes magos es una lección de sensibilidad a los auténticos valores y a las inspiraciones de lo alto. Dios nos manda señales, nos sugiere, nos invita, nos muestra estrellas que seguir. El corazón rebelde se ciega y se endurece, el corazón sensible tiene ojos y el corazón dócil , pies. Así puede descubrir las "señales de arriba" y seguirlas con paciencia, sabiendo que tarde o temprano le llevarán al mejor de los hallazgos: Dios mismo.

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9- El secreto de los pastores: LA FE .

A nuestra sociedad cada día le cuesta más creer. Muchas certezas se han derrumbado, confianzas han sido defraudadas. Por eso más de uno ha dicho: "ya no sé en qué creer".
El secreto de los pastores fue su fe. Una fe sencilla, pero viva, operante y alegre. Aquella noche de Navidad estos humildes hombres, fueron los más iluminados de la historia.
La fe es eso: una luz envolvente que ilumina todo, no sólo la noche, también la vida, no sólo el entorno, también el corazón.
La suya fue una fe sin cuestionamientos. Los pastores inmediatamente se pusieron en camino hacia Belén. La fe no es sólo "creer" con la mente. Es dinámica, nos pone en "movimiento". La fe cambia la vida. Nunca es estática. Porque nuestro corazón tampoco lo es; siempre busca un horizonte ilimitado. Las solas expectativas de esta vida le quedan chicas; y sus motivaciones, también.
La fe de los pastores, por lo demás, tampoco contradijo su razón. Sólo la iluminó, la abrió a una revelación que venía de lo alto. La fe no es una búsqueda, es más bien una respuesta. Los pastores no buscaron a Dios; sólo se dejaron encontrar por El.
La fe desemboca en un gran sentido de lo esencial.
Aquella noche de Navidad, los pastores descubrieron que ya nada importaba que sólo una cosa era necesaria: estar junto al Recién Nacido. El sentido de lo esencial capta lo necesario y lo importante. Simplificando muchísimo su vida. Fue lo que Cristo le dijo muchos años después, a Marta: "Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas y hay necesidad de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada: la Paz" (Lc 10, 41-42)


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10- El secreto de la noche de navidad: LA PAZ :

El secreto de la noche de Navidad todo el cosmos se puso en Paz. La Paz es un resultado. Algo que encontramos al final del esfuerzo  quien  renuncia a la prisa,  confía en la Providencia, se ejercita  en la espiritualidad, vive el silencio, madura su esperanza, forja su humildad y pobreza, su docilidad y su fe, seguramente hallaré la Paz.
En realidad el camino no es tan largo. Por eso más que una lista de tareas tomemos al menos un secreto de la navidad y empecemos a vivirlo con empeño e interés. Cualquiera de ellos puede cambiarnos la vida.
El centro de la navidad, es jesús, El es el Príncipe de la Paz, como lo llama la iglesia. En El y sólo en El encontramos la Paz.
En realidad no se necesita quién sabe qué nivel de desarrollo científico y técnico para clonar a la gente y diseñar una perfecta reingeniería social. Si queremos una sociedad postmoderna "feliz" -hasta donde es posible en la vida- sólo hay que redescubrir secretos esenciales, poner a Cristo al centro de cada familiar y dejarlo reinar.
Después de todo Dios sigue siendo el Señor de la Vida y de la historia.
 Para decirlo de forma más poética, con un himno de la Liturgia de las Horas, "derrotados la muerte y el pecado, es de Dios toda historia y su final; esperad con confianza su venida; no temáis, con nosotros está El. Volverán encrespadas tempestades para hundir vuestra fe y vuestra verdad, es más fuerte que el mal y su embate el Poder del Señor, que os salvará."

¡ feliz  navidad!

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Fuente: Catholic.net

(almas-peq)

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