Estos personajes no son los últimos, sino los primeros que saben reconocer el mensaje de la estrella. Estos personajes de oriente no son los últimos, sino los primeros de la gran procesión de aquellos que, a través de todas las épocas de la historia, saben reconocer el mensaje de la estrella, saben caminar por los caminos indicados por la Sagrada escritura y saben encontrar así, a Aquél que aparentemente débil y frágil, es capaz de entregarnos la alegría más grande y más profunda del corazón del hombre.
Los magos llevaron de regalo a jesús, oro, oncienso y mirra, no demasiados necesarios en ese momento pero que tienen un gran significado para la mentalidad oriental, representan el reconocimiento de una persona como Dios y Rey, es decir, son un acto de sumisión.
La consecuencia que deriva de ellos es inmediata. Los Magos han sido llevados para siempre al camino del Niño, lo que les hará desentenderse de los grandes y los poderosos de este mundo y les llevará a Aquél que nos espera entre los pobres; el camino de Amor que por sí sólo puede transformar el mundo.
Se ha trazado una nueva vía, bajó al mundo una luz nueva que no se ha apagado. Esa luz no puede ser ignorada por el mundo: los hombres se moverán hacia Aquel Niño y serán iluminados por la alegría que sólo El sabe dar.
Muchos vieron la estrella, pero pocos han entendido su mensaje.
Lo que indica que falta la humildad auténtica, que sabe someterse a lo que es más grande y también el auténtico valor que lleva a creer a lo que es verdaderamente grande, aunque se manifieste en un Niño inerme.
El Señor tiene el poder de hacernos ver y salvarnos.
Pido a Dios que nos de un corazón sabio e inocente y nos encamine en Su camino, para encontrarle y ser iluminados por la gran Luz y por la verdadera alegría que El ha traído al mundo.
-Benedicto XVI . Solemnidad de la Epifaniía del Señor.-
¡¡F E L I Z DÍ A D E R E Y E S!!
Fuente: Catholic.net
(almas_peq)
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