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La Palabra de Dios
Un gran periódico acaba de desaparecer. Hace 50 años se vendía un millón de ejemplares diarios. Últimamente su tiraje se redujo a 50.000. ¿Por qué esta falta de interés? Parece ser que no pudo adaptarse a la evolución de los comportamientos de sus lectores.
Sólo la Biblia es el libro de todos los tiempos. Satisface las necesidades del hombre de hoy como las de los hombres de todos los tiempos. Penetra en todos los medios sociales y no discrimina a nadie.
¿Por qué es así? La razón es muy sencilla: es la Palabra de Dios, del único Dios verdadero que conoce todo y que no cambia. Desde que el hombre fue creado, Dios le habló (Génesis 2:16; Deuteronomio 5:24; Hebreos 1:1). Su mensaje siempre es actual y se puede resumir en pocas palabras: el hombre es pecador y, en consecuencia, es culpable ante Dios. Como tal, merece un justo juicio, pero Dios quiso salvarlo sin renunciar a sus caracteres divinos: santidad, justicia y amor. Para ello dio a su Hijo, quien llevó nuestra culpabilidad y, mediante su sacrificio, hizo la expiación de nuestros pecados.
El apóstol Pablo declara: "Porque primeramente os he enseñado… que Cristo murió por nuestros pecados" (1ª Corintios 15:3). Dios, plenamente satisfecho de la obra cumplida, resucitó a Cristo y lo elevó en la gloria. Ese es el mensaje de la Biblia, el cual, de diferentes maneras, nos es dado desde Génesis hasta el Apocalipsis.
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