sábado, 5 de noviembre de 2011

NOS LIBERAMOS...


Cuando alguien adquiere una verdadera habilidad que le hace feliz, es porque ha dejado de preocuparse por lo que sucederá después, por el éxito o el fracaso, por la mirada de los demás, el aplauso o los sentimientos de los otros. También se olvida de lo que sucede alrededor, ha renunciado a distraerse con otras cosas porque sólo le interesa la expresión de su arte. El artista ha logrado estar solo en lo que hace, entregándose de lleno a lo que está realizando.
Entonces el cantante, en lugar de cantar, es cantado por la canción, el narrador es tomado por la historia o el poema que recita, un deportista se deja atrapar fascinado por el mundo de relaciones que se establece en el juego. Y entonces todo sucede de modo natural, todo fluye, sin dolor ni miedo. Es ese presente lo que cuenta y nada más.
Cuando es así, la persona confía en ese dinamismo que se ha apoderado de todo su ser y deja que todo suceda, que fluya que corra. Vive un momento sagrado porque acepta eso que Dios le está ofreciendo ahora.


Evidentemente, cuando uno ha logrado cierta destreza en una tarea, esto se hace más fácil; pero también es cierto que la destreza será mayor cuanto más nos liberemos del temor y de las distracciones externas.
Nunca terminaremos de desarrollar una habilidad si no llega el momento en que nos entreguemos completamente a esa actividad porque sí, y nada más que porque sí.
En esta "entrega" uno se olvida también del reloj, como si el tiempo no pasara y no interesara. Entonces no realiza las cosas mecánicamente, pensando en otra cosa, sino que se encuentra, toma contacto con lo que está haciendo y dejan de afectarlo las locuras de la mente.






<<A mayor atención, mayor captación del momento en toda su gloria y desnudez, mayor aprendizaje existencial, mayor compenetración desde la lucidez y no desde la mecanicidad.
Al estar atentos, permanecemos en la energía penetrativa del observador, más inafectados, más claros, más fluídos. La mecanicidad es muerte, oscuridad, división. La atención es vida, claridad, integración>> (R.A. Calle, Serenar la mente. Edaf. Madrid 2000, 83-84)




"Claves para vivir en plenitud"- Pág.35 - 36 - Edic. Paulinas.

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