martes, 31 de enero de 2012

Rv: [pequenas_almas] Enero 30 18H00 NUEVAS HISTORIAS


Legión de Almas Pequeñas - Argentina


----- Mensaje reenviado -----
De: Winston Francisco Pauta Avila <wpauta@gmail.com>
Enviado: lunes, 30 de enero de 2012 20:00
Asunto: [pequenas_almas] Enero 30 18H00 NUEVAS HISTORIAS
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NUEVAS HISTORIAS, ENERO 31
«Los hijos aprenden mas por el testimonio y el ejemplo de sus padres que por sus palabras, consejos o correcciones. Sean, por tanto, especialmente delicados en el cumplimiento de sus deberes cristianos, familiares y civiles, de manera que su buen ejemplo incida de modo eficaz en la formacion de sus hijos»
NUEVAS HISTORIAS
No. 313 HUELLAS
Enero 30



Una noche un hombre tuvo un sueno. El sono que
caminaba a la orilla de la playa con el Senor.
Cruzando el cielo aparecian escenas de su vida.
Por cada escena, el notaba dos pares de huellas:
una que pertenecia a el, y otra al Senor.
Cuando la ultima escena de su vida aparecio ante el,
miro hacia las huellas en la arena. El noto que
muchas veces en el transcurso de su vida habia un
solo par de huellas. Noto tambien que esto sucedia en los mas depresivos y tristes momentos de su vida.Esto realmente le molesto y le pregunto acerca de ello:
'Señor, tu dijiste que una vez que yo decidiera
seguirte, tu caminarias conmigo toda la senda.
Pero note que durante los tiempos mas dificiles
de mi vida habia solo un par de huellas.
No entiendo por que me abandonaste.'
El Señor le contesto:
Mi precioso hijo, yo te amo y nunca te dejare.
Cuando pasaste por tiempo de sufrimiento y viste solo
un par de huellas, entonces yo te lleve en mis brazos.WFP2


Que triste pero real es constatar que hoy se sigue repitiendo la misma escena. Cuantas personas se alejan de la Iglesia por el pobre testimonio que damos. Ayudame, Senor Jesus, a hacer esta oracion para que mi corazon escuche y mi generosidad crezca a fin de poder responder a todas las luces de tu Espiritu Santo.
NUEVAS HISTORIAS
No. 314 La Santa Misa
y la entrega personal
Enero 31


La Santa Misa y la entrega personalLa entrega plena de Cristo por nosotros, que culmina en el Calvario, constituye la llamada más apremiante a corresponder a su gran amor por cada uno de nosotros. En la Cruz, Jesús consumó la entrega plena a la voluntad del Padre y el amor por todos los hombres, por cada uno: me amó y se entregó por mí (Gálatas 2, 20).
¿Cómo correspondo yo a su Amor? En todo verdadero sacrificio se dan cuatro elementos esenciales, y todos ellos se encuentran presentes en el sacrificio de la Cruz: sacerdote, víctima, ofrecimiento interior y manifestación externa del sacrificio, es decir, expresión de la actitud interior.
Nosotros, que queremos imitar a Jesús, que sólo deseamos que nuestra vida sea reflejo de la suya, nos preguntamos hoy si sabemos unirnos al ofrecimiento de Jesús al Padre, con la aceptación de la voluntad de Dios, en cada momento, en las alegrías y contrariedades, en el dolor y en el gozo.
La Santa Misa y el Sacrificio de la Cruz son el mismo y único sacrificio, aunque estén separados en el tiempo: se vuelve a hacer presente la total sumisión amorosa de Nuestro Señor a la voluntad del Padre.
Cristo se ofrece a Sí mismo a través del sacerdote, que actúa in persona Christi. Su manifestación externa es el ofrecimiento sacramental, no cruento, de su Cuerpo y su Sangre, mediante la transustanciación del pan y el vino: "esto es mi cuerpo"... "esto es mi sangre" (Mateo 26,26-28).
Nuestra oración de hoy es un buen momento para examinar cómo asistimos y participamos en la Santa Misa. Si tenemos amor, identificación plena con la voluntad de Dios, ofrecimiento de nosotros mismos, y afán corredentor, quiero decir, que nos ofrecemos en reparación, además de nuestros pecados y por nuestra salvación, por la del mundo entero.
El Sacrificio de la Misa, al ser esencialmente idéntico al Sacrificio de la Cruz, tiene un valor infinito, independientemente de la disposición interior de cada uno de los asistentes, e incluso, de la del celebrante, porque Cristo es el Oferente principal y la Víctima que se ofrece.
No existe un medio más perfecto de adorar a Dios o de darle gracias por todo lo que es y por sus continuas misericordias con nosotros. También es la única perfecta y adecuada reparación, a la que debemos unir nuestros actos de desagravio.
La Santa Misa debe ser el punto central de nuestra vida diaria, como lo es en la vida de la Iglesia, ofreciendonos nosotros mismos por El, con El y en El.
Este acto de union con Cristo debe ser tan profundo y verdadero que penetre todo nuestro dia e influya decisivamente en nuestro trabajo, en nuestras relaciones con los demas, en nuestras alegrias y fracasos, en todo.
Acudamos a nuestro Angel para evitar las distracciones cuando asistimos a la Santa Misa, y esforcemonos en cuidar con mas amor este rato unico de nuestro dia, al pie de nuestro Señor Jesus, junto a nuestra Madre (Juan 19, 26-27).WFP3






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